Había revisado mi celular, le quedaba poca batería, quizás un veinte por ciento y llevaba cuatro horas caminando. Me estaba lamentando por el drama que había hecho sobre mis dos minutos.
Hasta que finalmente ya no podía más y caía rendida en el suelo. Saqué de mi mochila, mi espejo en forma de corazón. Miré mi aspecto y estaba despeinada y sudorosa, sin mencionar que mis zapatos y calcetas negras, mi saco color vino y mi falda azul marino con cuadros estaban llenas de polvo. Realmente amaba mi uniforme.
-¡AAAAAAH! ¡Roxter te detesto! ¡No sólo te aniquilaré si no que te aniquilaré una vez más!- Gritaba furiosa y enojada.
De repente se escuchaba ruido entre los arbustos. El miedo me paralizó. Los pensamientos más negativos llegaron a mi mente.
- Quizás será un perro rabioso que intentará morderme
- Quizás un gato rabioso que intentará morderme
- O peor aún, un ladrón rabioso que intentará morderme.- Susurré.
Decidida y valiente fui a descubrir de que se trataba.
Fui agachandome lentamente cerca de los arbustos. Cuando azomé mi cara y al mismo tiempo, un rostro salió entre los arbustos.
-¡AAAAAAAAAAH!- Ambos gritamos.
Me sobresalté y di un pequeño empujón hacia atrás.
-¡Ladrón! ¡Policía! ¡FBI! ¡Algo!- grité despavorida.
-Shhhhhh... Guarda silencio torpe- Me calló.
-¿A quién llamas torpe, muchacho insolente?- Vociferaba gritando y me sorprendía de tan infame insolencia.
Así es, de los arbustos salió un muchacho aproximadamente de mi edad. Su tez era clara, sus ojos eran color verde profundo esmeralda y su cabello era tan oscuro.
- Te dije que guardes silencio...- Me respondía el muchacho.
-¡No guardaré silencio niño torpe! ¡Tu no me mandas! ¡Auxilio! ¡Policía! - Volví a gritar.
De repente se escuchaba a lo lejos el ruido de un auto que provenía del instituto. Me levanté y traté de sacudir el polvo de mi ropa.
-¡Sí! Mi salviación, son de la escuela, me llevarán a casa y te arrestarán... -
- Yuju ¡Por aquí! ¡Aquí estamos!- Me alegraba y sacudía mis manos en señal de auxilio.
- ¡Ni soñando!- Replicaba el joven.
Salió de los arbustos, bruscamente tomó mi brazo y me llevó nuevamente de donde salió, a tal grado que caí sobre él. Me sorprendió de nuevo. Quería gritar pero mi cuerpo no respondía, ya que estábamos frente a frente, nuestras miradas se habían quedado clavadas una con la otra y nuestros labios ya casi se tocaban, sólo una pequeña pared de aire los dividía. Se podía sentir su respiración, mi corazón agitándose, desenfrenado de emoción. Nunca había sentido nada igual, no se podía comparar esa sensación con las cosas materiales que poseía o lo que fuera a poseer, tampoco con los abrazos que me daba mi nana o aquella tarta de zarzamora que me preparaba mi abuela. Qué era lo que estaba experimentando por primera vez, quizás era eso a lo que llaman amor, no lo sé.
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Princesa de hielo
Teen FictionDespués de su inesperado quiebre en tan famosas empresas, la familia Van Whirgutt debe salir adelante para sobrevivir en la sociedad. Sin embargo, Ellesa Van Whirgutt, hija única de la adinerada familia, y conocida como la "Princesa de hielo" en su...