·Neuf·

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El silencio que se había formado entre los tres adolescentes se rompió por el tono de llamada del teléfono. Marinette, tras una silenciosa disculpa se dirigió hacia el teléfono. Sonrió al ver quién era, saliendo de la habitación para dirigirse a la cocina y tener un poco más de intimidad.

—Está bien principito. ¿Qué quieres hacer con Marinette?—Claude preguntó a Adrien.

El rubio le miró con una expresión de desconcierto pintada en su rostro. ¿A qué se refería?

—Vamos, te puedes conseguir a cualquier chica. Además, me parece que tú eras la pareja de la hija del alcalde. La señorita Burgeois. ¿Me equivoco?

—Se llama Chloe. Terminamos hace varios días. Por temas...personales—se rascó la nuca nervioso, esa conversación debía de terminar—Pero Claude...¿Tú qué piensas hacer con Mari?

—Es mi mejor amiga desde que somos niños, te aseguro que no la pienso hacer nada malo—sonrió con cariño cuando la miró—Es como mi hermana pequeña.

—Como esa hermana pequeña por la cual sientes algo—aclaró Adrien.

—Siento algo que no es correspondido Adrien. Mi propósito es acompañarla al altar cuando se case, para entregarla a su futuro marido. Soy una especie de ángel guardián para ella. Siempre la he cuidado y siempre lo voy a hacer.

—No entiendo a qué quieres llegar a parar.

—Adrien, soy de Lyon. Mis padres han aprovechado a venir esta semana como una semana de vacaciones. Da la casualidad que sólo estoy hablando contigo para saber porqué mi mejor amiga habla tanto de ti. No eres alguien con quien vaya a rivalizar para ganar su corazón.

—Gracias...supongo—Adrien se asombró de la sinceridad con la que hablaba—No sé si es un cumplido o no—acabó con una risa.

—Nos está mirando...sonríe y guíñala un ojo.

—¡No voy a hacer eso!—exclamó sonrojado.

—¡Venga ya Adrien! ¡Eres el mejor pretendiente que he encontrado hasta ahora para Mari! Si sé que coqueteas con ella cada día—al ver la cara del ojiverde añadió—Tengo contactos que me cuentan varios cotilleos de la capital.

Adrien asintió distraído, mirando cómo Marinette reía a carcajada limpia. Se preguntó cómo de graciosa debía de ser su conversación para que estuviera riendo tanto.

—¿Me disculpas un momento?—se excusó ante Claude cuando recibió un mensaje de su chófer anunciando que ya estaba en la puerta de los Dupain-Cheng.

Marinette colgó cuando Adrien estaba buscando la chaqueta que había traído junto con el pañuelo.

—¿Te vas ya? Yo había cogido unas galletas, pensaba que podríamos estar unos minutos juntos para que os conocierais mejor—miró a Claude pidiendo ayuda, él sólo se encogió de hombros.

Adrien se puso la chaqueta y sonrió. Se acercó a su amiga y se despidió de ella depositando un beso en su frente. Cogió una galleta de chocolate del plato y con un movimiento de mano y un "Au revoir" salió por la puerta. Marinette se quedó mirando a la puerta un rato, decepcionada, quería pasar más tiempo con él. Cloude, se acercó a ella y apoyó su mano en su hombro.

—Se nota. Se nota muchísimo.

—Normal. Me extraña que no se haya dado cuenta antes. Sólo hace falta cómo se ponen mis mejillas cuando le tengo cerca.

—Hablaba de él. Se le nota muchísimo.

—¿Cómo?—preguntó girando rápidamente la cabeza encontrando unos ojos azules que la miraban expectantes.

Sólo él. «Adrinette»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora