El domingo no duró mucho. Se la pasó metido en su habitación durmiendo, dando vueltas por su habitación y obviamente, pensando. Sus padres solamente lo molestaron para la comida que apenas tocó. Que buen hijo es.
Lunes. El día que todos odian, odiaban y odiarán.
Leroy ya estaba metido en el autobús del colegio. Desafortunadamente había sido el primero en entrar. El estrecho y viejo pasillo estaba desierto. Leroy fue hasta el fondo en el que, con un poco de miedo, se sentó al lado de una ventana. La parte de atrás del asiento de enfrente estaba lleno de palabras obscenas, frases de canciones y notas de amor. Apenas había logrado descifrarlo.
Pararon la primera vez. Un chico con el cabello enmarañado y ojeras entró. Miró a su alrededor y paró un segundo en Leroy, sonrió levemente y desvió la mirada. Terminó sentándose enfrente de Leroy.
Después de que entraron unos 6 muchachos más en grupo el chico se dió la vuelta. Leroy le miró inexpresivo algo ruborizado.
—Debes de ser nuevo. ¿No?- dijo reojeando a Leroy
Se limitó a asentir un poco.
—Extranjero ¿eh? Mola. Nunca antes había venido un extranjero. Es interesante. Soy Caleb, lo sé, es un nombre raro- dijo en una velocidad en la que apenas pudo entender.
—Soy Leroy- le contesta con la voz algo cortada
—Creo que ya no tendré que preocuparme por tener un nombre raro.
El chico se rió, Leroy no pudo evitar reír también.
—Me gustan tus ojos. Creo que son demasiado verdes para los de por aquí. Joder, enserio molan mucho-dijo en un tono quejoso
—Tha... Gracias. Nunca antes me habían dicho algo así... Mucho menos un chico.- dijo Leroy con nerviosismo y intentando evitar el acento.
Caleb no contesto y de una forma algo incomoda acercó su mano al cabello castaño de Leroy. Se limitó a quedarse quieto y pensando "¿que le pasa a este chico en la cabeza?". Caleb al darse cuenta de la reacción no deseada de Leroy apartó su mano y se dio su tiempo para avergonzarse.
—Lo siento, lo siento, lo siento, tío, es que, que... Tu cabello me pareció bonito y... Bueno.... Quería tocarlo... Vale, sé que soy un ratito y no es necesario que me lo repitas.
Se tapaba la cara mientras Leroy le miraba un poco atónito por la forma de comportarse del español.
El autobús frenó de pronto y todos los que, para sorpresa de Leroy, ya estaban adentro se tuvieron que agarrar a las silla. Casi 20 chicos y chicas en un caos ruidoso y sofocante. Gracias a Caleb, Leroy no pudo quejarse de ello. La mayoría estuvo a centímetros de pegarse la cabeza contra el asiento de adelante, algunas chicas gritaron de una forma algo fingida y otros se quejaron aunque no se hubieran lastimado ni un poco. A Leroy le pareció muy patético pero Caleb ni se inmutó. No apartó los ojos de Leroy aunque hubiera estado apunto de abrirse la cabeza contra el asiento. Después de unos segundos todo volvió a la normalidad y el bus siguió su rumbo. Caleb y Leroy siguieron su conversación entre chicos "normales".
30 minutos esperando y por fin llegaron al viejo y gigante colegio. Leroy y Caleb bajaron juntos mientras que todos a su alrededor les empujaban de un lado a otro. Los demás parecían conocer el lugar con una sorprendente claridad. Caleb tuvo que guiarlo, no podía rechazar algo así.
Al entrar a los pasillos llenos de muchachos Leroy volvió a la realidad. Todos tenían sus miradas clavadas en el rostro pecoso y obviamente estadounidense de Leroy. Caleb los fulminaba con la mirada aunque ellos ni le hacian caso. Aceleraron su caminar haciendo intentos en vano para evitar las miradas.
—¿P-Porque me miran? ¿Que les e hecho?- preguntó Leroy sin poder hacerse el duro
—Tío, es obvio. No eres de aquí. No eres como cualquier "chico nuevo". Además eres guapo.
Después de haberlo dicho se sonrojó y se volvió a avergonzar pero esta vez para si mismo. Leroy sonrió un poco y lamentablemente se percató del continuo roce de su mano con la del chico que acababa de conocer. Intentó ignorarlo y luego trato de concentrarse en encontrar su casillero. Imposible.
Pues no tan imposible. Al momento lo encontró. Lo abrió y metió todos los libros y cuadernos que le había comprado su madre el día anterior. Caleb se recostó en la pared de a lado y espero a su amigo. El ya había metido todas sus cosas en su casillero. Por pura coincidencia estaba a 3 casilleros del de Leroy. Terminó y luego, como un tonto, tuvo que desordenarlo para sacar el libro y cuaderno de Lengua.
El día se hizo eterno. Solo tuvo 3 clases con Caleb, Lengua, Calculo y Artes. En todas las demás se lo paso de lo peor. Y para peor en todo el día, nadie le quito los ojos de encima. Por cada lugar que pasaba se escuchaban susurros.
"Patético, horrible y estúpido. Solo Caleb es bueno aquí. Todos los demás no son nada". Pensaba de camino a casa mientras Caleb intentaba pegarse a el.
Fin del caap
Espero que les haya gustado bastante. Que les quede claro que por ahora Leroy es hetero. No hay nada entre esos 2. A no ser... 7u7r
Bye Bye!
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La estupidez humana según Leroy
Teen Fiction_No soy tan estúpido como tu aparentas que soy, todos tenemos nuestras formas de ver las cosas y mi forma de ver la estupidez no es como la tuya, Agnés.- explica Leroy. _Eres un sabelotodo, estúpido- contesta Agnés a la defensiva. _Tu exager...