Capítulo 59

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•KENDALL PÁEZ•
Nado por la orilla de la playa que transitábamos juntos con la esperanza de poder verlo allí, sentado, esperando a que regrese a sus brazos. Pero no hay señales.
Me sumerjo unos segundos y vuelvo a la superficie. Una sombra se acerca a la orilla y se sienta en el suelo mientras el agua baña sus tobillos.

«Lo que daría por verte».

Me aproximo un poco procurando que nadie me vea y observo que es un chico. Solloza desconsolado con el rostro apoyado en sus rodillas y mi corazón da un vuelco de 180°. Se acelera más de lo normal. ¿Qué demonios pasa?

Me acerco y me apoyo sobre mis codos en la orilla. Observo su figura. Es Daniel, mi Daniel, estoy completamente segura.

-¡Seas quien seas, márchate! -grita sin alzar la vista

-¿Seguro que quieres que me marche? -pregunto en un susurro

Alza la mirada y me observa con los ojos llorosos completamente teñidos de rojo. Muerde su labio evitando seguir derramando más lágrimas y observo todos y cada uno de sus gestos.

Extiendo mi mano y acaricio la suya con suavidad.

«Añoraba esta textura».

Se acerca lentamente a mí, acaricia mi rostro y une nuestros labios en un feroz beso bastante apasionado.

-Has vuelto -musita rozando mis labios

-La corriente me trajo de vuelta -sonriendo levemente

Sonríe inconscientemente y comienza a amanecer a mis espaldas. La transformación finaliza más pronto de lo habitual y tengo una sensación muy extraña.

-Me enamoré de ti como nunca esperé -susurra

-Llenaste de sentido mis días, hasta los más grises -susurro sobre sus labios

Sus labios rozan los míos jugueteando. Finalmente los une y bailan al compás del latido de nuestros corazones.

«Nuestros mundos son tan diferentes».

Espejismo. [Daniel Oviedo] #PGP2017 #LDAW2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora