Capítulo 27

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•DANIEL OVIEDO•
Me doy una ducha y recibo un correo de la guardia civil donde me comunican que las pruebas han sido excelentes y que estoy contratado.

Un fuerte dolor de cabeza me impide seguir frente al portátil y me acuesto en la cama observando el techo.
Numerosas imágenes sobre la cueva, Kendall y una mujer un tanto extraña regresan a mi mente y el dolor se incrementa haciendo que apriete las sábanas entre mis puños.

-¿Estás bien? -pregunta Jesús preocupado

-Sí, solamente tengo un dolor de cabeza insoportable

-¿Sigues recordando esas imágenes? -asiento- aléjate de ella tío -aconseja

Observo sus ojos color café tan semejantes a los míos y suspiro profundamente cuando esas palabras salen de su boca totalmente disparadas.

-No puedo alejarme de ella -digo serio- me necesita

-Si tanto te necesita no dejaría que te metieras en situaciones que pueden costarte la vida -dice alzando la voz

-No me deja meterme, soy yo el que le pide, o más bien, le exige que me deje acompañarla -aclaro firme

-Te estás dañando a ti mismo Daniel, reacciona

-Pensaba que venías para felicitarme por mi nuevo trabajo, pero por lo que veo solamente has venido para incrementar mi dolor de cabeza -respondo a la defensiva

Me levanto y le obligo a salir de mi habitación. Cierro la puerta detrás de él y suspiro.

«¿Cómo podré estar sin ella si es inevitable no morir cuando sonríe?».

Me doy una ducha para lidiar las tensiones que recorren mi cuerpo y mi mente retrocede hasta encontrar la imagen de su rostro angelical.

Esos ojos azules claros como el mismísimo océano, esas pecas tan curiosas que bañan sus pómulos y esa sonrisa tan resplandeciente que brilla como si se tratase de la mismísima Luna cada noche.

«Ella apareció justo antes de que tocara fondo. La necesito a mi lado para no caer en la tentación, una tentación que siendo guardia civil, me arrebataría el puesto de trabajo por el que tanto he luchado.»

-Entre lujos y dinero me ha arropado el frío, pero me sentía vacío, y cuando todo mi mundo se ahogaba en la desesperación, ella fue mi salvación -murmuro con un hilo de voz- ella me necesita -susurro seguro

Espejismo. [Daniel Oviedo] #PGP2017 #LDAW2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora