Todo el camino de regreso fue en un silencio ese que se forma cuando uno tiene la cabeza llena de pensamientos y nervios, silencio que fue interrumpido por la voz del mayor.
¿Tsuki llevamos comida preparada? –Noya observaba desde su estatura al rubio que desviaba su mirada hacia la tienda frente a ellos-.
Si compremos algo –los nervios de Kei lo carcomían que iba pasar al estar solos después de la confesión, no era como que él tuviera experiencia, de hecho su experiencia era nula, entonces que iba a hacer y Noya ¿tendrá experiencia? Seguro él es mayor; los pensamientos se acumulaban en la psiquis del rubio como nunca antes-.
Caminaron un buen tramo hasta llegar a la puerta que daba al departamento de Noya, este aún más nervioso buscaba sus llaves y con manos temblorosas giraba el pestillo de la cerradura segundos después ambos se encontraban sentados frente a frente en la sala, con miradas dirigidas al plato frente a ellos y el silencio que los acompañaba.
El rubio fue el primero en hablar aunque su voz le temblaba como nunca antes.
Noya-san yo... yo quiero que...-su voz fue interrumpida por la del mayor frente a él.
Tsuki, ¿Estás seguro de esto? Ambos somos hombre y... tu eres popular, puedes tener a cualquier chica que quieras yo no quiero...
En ese preciso instante Kei ahogaba las palabras de su senpai con un beso de esos que se dan desesperados para transmitir el deseo, su lengua se abrió paso en la cavidad contraria hurgando la misma buscando la ajena para enredarse en ella en una guerra de caricias, separándose solo por la falta de aire provocada por estar tanto tiempo en la boca del otro.
Al separarse ambos se quedaron viendo unos instantes Kei llevaba en su mirada un brillo ladino que hacía a Yuu estremecer sin preámbulo alguno este tomo la mano del rubio y dirigió sus pasos a la habitación lento pero seguro ya en ella ahora era Yuu quien de puntas de pie acerco sus labios a los contrarios en otro beso desesperado mientras Kei empujaba de manera suave el pequeño cuerpo de su senpai hacia la cama, cayendo ambos éste último sobre el pelinegro sin cortar el beso en ningún momento, las manos del rubio se colaron por debajo de la camiseta de Yuu acariciando su piel de manera tímida en un principio y a medida que el beso se acrecentaba también lo hacían las caricias.
Kei yo quiero... que me hagas tuyo –entre suspiros y jadeos Yuu dejaba bien en claro que deseaba al rubio-.
Ante esas palabras Kei simplemente dejo esfumar su raciocinio para dar lugar al deseo, despojando con urgencia a Yuu de su camisa comenzó a lamer y besar el pecho ajeno dejando pequeñas marcas en el haciendo un camino desde el cuello hasta el centro del mismo succionando la piel sus manos apretaron sus tetillas haciendo que se escape un gemido de la boca del pelinegro.
Que voz tan sexy Yuu –el rubio sonreía ladino mientras el nombrado se sonrojaba-.
Kei volvió a la tarea de dejar besos en el torso del mayor y aprisiono en su boca uno de sus pezones mordisqueándolo mientras el otro arqueaba su espalda en signo de placer, las manos de Kei se colaron por dentro del pantalón de Yuu buscando el contacto directo con el miembro del mayor el cual comenzó a masturbar en un vaivén.
Mira estas tan mojado Yuu...
No... ah... Kei...-el pelinegro ya no podía conjugar de manera coherente palabras ya que el toque del rubio llevaba corrientes eléctricas a todo su cuerpo y no podía hacer más que gemir ante las caricias-.
El rubio en cambio a cada roce de la piel del mayor su cuerpo se cargaba con más deseo con más lujuria, le quitó el pantalón y el bóxer que molestaban en su tarea pero antes de seguir fue detenido por Yuu que buscaba algo en su mesa de noche hasta que encontró un recipiente que entrego al rubio.
Ten Kei esto servirá –el rubio leyó el recipiente decía lubricante, y entendió perfectamente todo- necesitas prepararme
Kei esparció el líquido en sus dedos y acerco los mismos a la entrada del mayor introduciendo uno de ellos con cuidado aun con el temor de lastimar a su senpai, movió el mismo algo temeroso aún pero al sentir el interior del otro en su mano y tocar sin haberlo planeado un punto que hizo que Yuu diera un gemido casi como un grito fue suficiente para Kei y la lujuria se adueñó de él, acompaño otro dedo al que ya se encontraba dentro del pelinegro mientras éste gemía de manera más frecuente y sus caderas se movían en busca de más, otro dedo irrumpió en el interior de Yuu el tercero moviéndose arriba y abajo haciendo círculos Kei los movía los mismos sin dejar de besar la boca ajena.
Ya... puedes... entrar –entre jadeos Yuu le daba permiso a Kei para que se adentre en su interior-.
Antes de acomodarse entre las piernas del mayor Kei tomo un condón que llevaba en su billetera (regalo de Bokuto se lo agradecería luego) se colocó el mismo y acerco su miembro a la entrada del mayor comenzando a adentrarse en él despacio mientras el otro estrujaba con sus manos las sabanas y hacia su cabeza hacia atrás una vez estuvo completamente dentro del pelinegro aguardó unos segundos para luego comenzar a embestir primero de manera suave hasta que tocó aquel lugar que hizo gemir casi en un grito a Yuu y encendió aún más al rubio haciendo que sus embestidas sean más bruscas más profundas, el mayor por su parte entre lágrimas de placer enterraba sus yemas en la piel blanquecina del chico sobre él y gemía pidiendo más, Kei aumentaba la velocidad de las embestidas haciéndolas aún más bruscas hasta que por fin en una última embestida se corrió al unísono con su senpai este por su parte esparció su esencia en el abdomen de ambos al tiempo que clavo sus dientes en el hombro del rubio dejando una notoria marca.
¿Estás bien Yuu? –el rubio indagaba mientras volvía a besar la boca ajena sin salir aun del interior del pelinegro-.
Si... -con su voz entre cortada aun a causa del orgasmo reciente, Yuu se sentía feliz completo como si hubiera tocado el cielo con las manos-.
Kei salió despacio se quitó el condón y se acomodó al lado izquierdo de la cama, atrajo a su pecho al mayor mientras acariciaba su cabellera y depositaba pequeños besos en su frente, así lentamente se fueron durmiendo ambos uno al lado del otro escuchando la respiración contraria como si se tratare de una nana que los hacía dormir.
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El Guardián y la Luna
FanfictionEl encuentro de Tsukishima con cierto senpai, le traerá nuevas experiencias a este chico tan amargo. Lo impensable surge en una noche de tragos.