Mientras tanto la jornada laboral de Nishinoya Yuu llegaba a su fin, pasaría a comprar algo para comer para luego ir a descansar a su casa, aunque hace unos días se sentía algo inquieto más bien desde el día que encontró a Tsukishima en ese bar quería verlo, hablar con él no sabía bien porque pero algo dentro se sentía bien cuando lo tenía enfrente.
Nishinoya-san buen trabajo –su compañero lo saludaba mientras se dirigían a la puerta de salida-
Gracias tú también buen trabajo.
Se dirigió al mercado compro fideos y algunas verduras para cocinar algo al llegar a casa, pero algo llamo su atención justo en el parque que atravesaba todas las noches se encontró con la figura del 11 de karasuno, si no era otro que ese rubio de lentes que estaba frente a él sollozando sentado en un columpio.
Tsukishima...-su voz sonó algo dudosa-.
El rubio frente a él levanto la vista y sus ojos estaban rojos e hinchados pareciera que llevaba rato llorando, lo miro con esa mirada dorada tan peculiar y le regalo una pequeña sonrisa, eso fue suficiente para que su corazón se acelerara dentro.
Tsuki ¿Qué paso? –preguntó angustiado-.
Noya-san, lo hice se lo dije pero... Noya-san duele.
Entendió enseguida a que se refería él rubio y no pudo hacer más que abrazarlo fuerte, parecía tan frágil en ese momento que Yuu solo quería abrazarlo y que entre sus brazos se esfumara todo lo que le dolía.
Ya Tsuki, todo va a estar bien ya verás.
Espero que si – el rubio se abrazaba más fuerte a la pequeña figura de su senpai-.
Ven vamos te invito a tomar algo en mi casa –tomo la mano de Kei para llevarlo a su casa-.
Todo el camino hacia su casa no soltó la mano del rubio ni él la suya, ese simple toque transmitía una calidez que ninguno de los dos quería perder en ese momento.
Pasa Tsuki.
Gracias Noya-san, parece que siempre apareces para salvarme.
Siempre paso por ese parque, lo extraño es que tu hayas estado ahí, pero cuéntame ¿Qué paso?
Kuroo vive en la calle siguiente al parque, fui a verlo porque Bokuto-san me lo pidió, o no Bokuto...-el rubio recién se daba cuenta que no dijo nada de lo que se supone diría y que si Kuroo le contaba a su capitán lo sucedido estaría en problemas-.
Ya Tsuki luego veras eso, ahora cuéntame que sucedió, sácalo es lo mejor –repitió esto mientras apoyaba su mano en el hombro del rubio como dándole un empujón para que hable-.
Le confesé lo que sentía, y me rechazo... yo no esperaba que me correspondiera pero... tenía una pequeña esperanza.
Entiendo, ahora bebe –le dijo mientras ponía frente a él una lata de cerveza- yo beberé contigo.
Ambos brindaron por sus amores no correspondidos, y así pasaron una, dos, tres y un gran número de latas de cerveza haciendo que sus mentes fallen en coherencia y hable la embriaguez.
Noya-senpai porque siempre andaba a los saltos eeh – el rubio totalmente ebrio se acercaba al lado de su senpai-.
Tsuki te enseñare el Rolling Thunder ven.
Ambos se pararon para luego caer uno sobre el otro en un intento de jugada, Yuu cayó sobre el pecho de Kei y este lo tomo con ambas manos del rostro.
Noya-san también es bien parecido, aunque un tanto enano –el rubio inspeccionaba el rostro del mayor o al menos lo intentaba-.
¡Tsukishima que dices! –el pelinegro se sonrojo de más y no solo a causa del alcohol sino de la cercanía del otro-.
En un intento por levantarse Yuu volvió a caer sobre Kei pero esta vez ese movimiento hizo que chocara sus labios con los del rubio, haciendo que sus mejillas ardan aún más.
Noya-san que hace – el rubio confundido se levantó, para luego solo sentarse nuevamente- Todo da vueltas.
Tsuki yo... fue sin querer –detuvo su explicación al darse cuenta que el rubio ya se había dormido-.
Lo tapo con una manta para que no pesque un resfrío, y luego roso con su mano su boca.
¿Esto qué es? No puede ser –repitiendo eso se dirigió a su cuarto para caer rendido en su cama-.
Ya de mañana Kei se fregaba los ojos tratando de entender dónde estaba, era una casa desconocida para él y no recordaba bien que había pasado, de pronto una figura conocida le hablo desde la puerta al otro lado de la habitación.
Te despertaste Tsuki –el pelinegro llevaba una toalla al cuello y lo inspeccionaba algo nervioso- quieres desayunar.
Noya-san –el rubio se sostenía la cabeza ya que tenía un tremendo dolor debido a la resaca- sí, gracias por ayudarme anoche.
No te preocupes, preparare el desayuno tu ve a tomar un baño –indicándole el camino al baño Noya se dispuso a preparar el desayuno para ambos, el rubio no mostraba señales de recordad el accidental beso por ello podía estar tranquilo de ahora en más-.
En el cuarto de baño mientras el agua corría por su cuerpo todo lo sucedido volvía a la mente de Kei, la imagen de Kuroo el sentimiento de dolor y por alguna razón la calidez de un beso, negando con su cabeza se decía así mismo que eso había sido un sueño producto del alcohol no era posible que él le haya dado un beso a Noya-san eso seguro fue una alucinación.
Luego de desayunar junto a Noya-san, Kei se dirigió a su casa ahora su mente se debatía en como presentarse frente a Bokuto para decirle que no pudo hacer nada, o si debería decirle la verdad. Llego a su departamento y se arrojó en su cama colocándose sus audífonos, se dijo así mismo que hoy no pensaría en eso que ya vería cómo reaccionar cuando la situación llegue, mientras la música sonaba sus ojos lentamente se cerraban y se quedó dormido plácidamente.
Nishinoya en cambio daba vueltas en su habitación no podía concentrase en el trabajo pendiente que llevo a casa, en su cabeza se repetía una y otra vez ese accidental beso, como también la sensación cálida del mismo.
En que estás pensado Yuu –se repetía así mismo- es solo tu kohai y fue un accidente, ya concéntrate.
Inconscientemente llevaba varios minutos tocando su boca como si quisiera revivir la sensación, al darse cuenta de lo que hacía volvió a negar con su cabeza y se sumergió en terminar su trabajo.

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El Guardián y la Luna
Fiksyen PeminatEl encuentro de Tsukishima con cierto senpai, le traerá nuevas experiencias a este chico tan amargo. Lo impensable surge en una noche de tragos.