El Guardián y la Luna

Capítulo 9

Pasaron dos meses luego del incidente con Kuroo y todo parecía ir mejor ya no le dolía tanto ver al azabache junto a Bokuto ya se había acostumbrado a verlos juntos, como también se había acostumbrado a pasar sus días en compañía de su pequeño senpai se veían casi todos los días, salían a comer o simplemente la pasaban juntos en la casa de uno o del otro eso confortaba enormemente a Kei era como si desde que Noya había vuelto a su vida esta era más dulce y menos lánguida.

Hola Tsuki –la voz del mayor en el móvil de Kei como casi todos los días-.

Noya-san hoy saldré temprano ya que la práctica se canceló.

Que bien ¿quieres venir por mí y vamos a comer juntos? –la voz del pelinegro alegré como siempre le transmitía una sensación de hogar-.

Bien iré por ti.

Fue por su bolso a su casillero y se dirigió al trabajo de su senpai, debía tomar el tren y bajar dos estaciones más adelante, la oficina donde trabajaba Nishinoya estaba a dos calles de la estación así que no debía caminar mucho en el camino se compró un café y compro un refresco para el pelinegro cuando estaba a unos metros de la oficina del mayor una figura conocida le llamo la atención se acercó un poco más para comprobar que si era Asahi Azumane ex Ace de Karasuno su senpai y por si fuera poco el amor no correspondido de Noya, al verlo el rubio sintió rabia como si no quisiera que este ahí, y porque razón estaba ahí frente al trabajo de su amigo.

¿Tsukishima eres tú? –el castaño lo miro sorprendido-.

Asahi-san...

El rubio no quería ser descortés pero no pudo evitar mirarlo con algo de resentimiento, lo observo detenidamente, Asahi no había cambiado mucho seguía con su cabello largo llevaba puesto un traje seguro trabaja en alguna empresa, se quedó unos segundo indagando con la mirada al castaño que lo veía confundido.

Tsukishima ¿cómo estás? tanto tiempo –el castaño volvía a indagar a Kei-.

Asahi-san, bien ¿tú que estás haciendo aquí?

Vine a ver a Nishinoya...

A Noya-san, por...

El rubio calló y dentro de él creció algo parecido a la rabia no quería que Asahi esté ahí no quería que vea a Noya, él no tenía derecho de verlo.

¿Tú qué haces aquí Tsukishima? –el castaño volvía a mirarlo algo confundido sin entender porque el rubio parecía tan irritado-.

Asahi-san, ¿Qué haces aquí? –la voz del pelinegro los interrumpió-.

¡Nishinoya! Necesito... hablar contigo –el castaño ahora miraba la figura del ex libero como si el rubio no existiera en ese momento-.

Asahi-san yo tenía planes con Tsuki.

Nishinoya no tomará mucho tiempo, Tsukishima puede esperar –el castaño insistía-.

Tsuki ¿me esperas?

Kei solo asintió estaba muy molesto y la verdad era que no entendía porque le molestaba tanto que Asahi estuviera hablando con Noya, lo único que entendía era que le irritaba su presencia, se alejó unos metros pero no dejo de ver en dirección de sus dos senpais no alcanzaba a escuchar de que hablaban o más bien parecían discutir.

Desde su posición Kei veía a Noya su cabello negro se mecía en cada movimiento de su cabeza, sus ojos emitían un brillo que le daba seguridad su piel suave, su cuerpo pequeño le parecía adorable, si adorable...

Espera que... en ese simple instante lo entendió justo en el momento en que Asahi intentó besar a Noya, el rubio se había abalanzado hacia ellos y ahora arrastraba del brazo al pelinegro, ¿porque? simplemente porque las cosas las entendemos en el momento menos pensado.

Tsuki ¿Qué haces? –el mayor no entendía porque el rubio lo arrastraba-.

Noya-san yo no quiero... no quiero que estés cerca de Asahi-san.

Pero, Tsuki que quieres decir y ya deja de jalarme –el pelinegro logró que Kei se detuviera y lo soltara- ¿porque no quieres? no te entiendo.

¡No quiero que nadie más te toque! ¡No mires a nadie más! –Kei ya no podía aguantar sus celos lo carcomían y hacían que expulsara en gritos lo que quería-.

Tsuki ¿De qué hablas? No logro entenderte ¿Por qué? –el ex libero miraba confundido al rubio frente a él-

Yo...

Tu ¡Que! No entiendo nada. ¿Por qué hiciste eso?

Noya-san ¡Me gustas!