Capítulo 10

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La verdad era que Kei no sabía en qué momento esa amistad se había transformado en amor, pero ahí estaba no podía callar esos sentimiento que le recorrían el cuerpo.

Noya se quedó estupefacto sin decir palabra alguna solo miraba en silencio al menor frente a él, Kei por su parte no pudo soportarlo más y arremetió en un abrazo fuerte, sosteniendo el pequeño cuerpo de sus senpai mirándolo fijamente solo necesito un segundo para bajar su rostro y chocar sus labios con los contrarios en un cálido beso.

Pasados unos segundos sus labios seguían pegados casi sosteniéndose el uno al otro, Noya aún no despertaba del shock, eso era verdad Kei lo había besado y lo sostenía entre sus brazos como si fuera lo más preciado en el mundo.

Tsuki...

Yuu dejó escapar en un suspiro como intentando explicar o explicarse el porqué de la situación actual, pero al momento en que su boca quedo unos centímetros entre abierta el rubio no lo dudo y asomó su lengua curiosa para hurgar en la cavidad ajena buscando desesperadamente la lengua contraria para entrelazarla y comenzar una guerra que consumiera el deseo de su boca, deseo que se vio un tanto frustrado por la falta de aire que hizo que ambos se separaran solo para quedarse viendo uno al otro en silencio aun sin soltarse de ese abrazo.

Asahi miraba aquella escena unos metros alejado de la misma, era cierto lo había perdido para siempre su viejo amor ahora estaba envuelto en los brazos de ese rubio áspero y él ya no podía hacer nada, era demasiado tarde ahora su sonrisa le pertenecía a otro. Giró sus pasos en dirección contraria y simplemente se alejó de allí ahogando el sentir en lo profundo.

Kei aun sostenía a Yuu entre sus brazos, miraba fijo el café de sus ojos que brillaban devolviéndole su reflejo.

Noya-san, perdón por mi arrebato simplemente no pude –ahora apenas se alejaba del pequeño cuerpo frente a él- el verte cerca de Asahi fue... no se me molesto demasiado y simplemente ya no pude.

Tsuki... -ahora era Yuu quien acercó sus temblorosas manos al rostro del rubio acariciando suavemente su mejilla- también siento lo mismo.

Esas simples palabras impactaron en Kei como si fueran ambrosía, su cuerpo fue recorrido por una sensación inefable que estallo en su pecho haciendo que este salte de alegría, era la primera vez que su corazón se regocijaba de esa forma era tanto el sentir que también lo llenaba de un terrible temor a lo que vendría ahora ¿Cómo debía actuar? ¿Debía acaso pedirle a Noya que sea su novio? Todos los pensamientos de Kei explotaban en su cabeza cual volcán en erupción hasta que la voz del mayor lo quito de sus pensamientos.

Tsuki vamos a mi casa –el pelinegro se alejaba solo para entrelazar su mano a la de Kei y así guiarlo-.

El Guardián y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora