Número 17. Cómo Conectar.

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La canción debería de ser Human Connect to Human, peeeero no la encontré en versión Lullaby y creo que ésta que puse en el video queda mejor con el capítulo. 

¡Perdón si hay errores!

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Kora 

La mañana estaba tranquila, llevé mi bandeja en silencio hasta una mesa en el comedor. Había días fáciles y días complicados. Hoy era uno de los buenos. Me acaban de avisar que podría salir del hospital esa misma semana.

Suspiré con los platos frente a mí. La comida siempre tenía una textura extraña, no me resultaba difícil comerla, era un gran avance de las esporádicas porciones de barritas de cereales que comía con Mitch y Mel.

Un chico se sentó a mi lado en silencio, su bandeja estaba igual de repleta que la mía. Verduras, sopa, gelatina, un filete de res y un trozo de pan. El vaso de agua lleno hasta el tope.
Le eché un vistazo, éramos de la misma ciudad y nunca nos habíamos visto antes. Sabía un poco de su historia y él sabía un poco de la mía.

- No comas rápido. – Le aconsejé al ver cómo sus manos temblaban sobre las orillas de la bandeja de plástico.

No recordaba su nombre y en ese punto me daba miedo preguntar. Lo que sabía era que sus padres lo sacaron de la calle después de encontrarlo por casualidad, estaba avergonzado de lo que había pasado y a veces torcía la boca mientras otros hablaban. Estaba asustado y a veces iba hacia mí como un perro mojado por la lluvia que busca un rincón bajo techo.

- ¿Experiencia? – Preguntó con voz ronca.

Volví a mirarlo; así mismo estuve yo unos meses atrás. Escuálida, con los ojos hundidos y cansados, manos que temblaban y pies que apenas podía arrastrar por el hospital. Yo no abrí la boca durante unas semanas, eso me tomó más tiempo que poder comerme todo el trozo de pan que servían en el almuerzo.

Finalmente asentí sin atreverme a sonreírle. Lo que más me desagradaba era el falso interés de las personas cuando estaba lidiando con los síntomas de la abstinencia.

El chico suspiró y cogió el trozo de pan, lo más fácil sería comerse la gelatina, pero dejé que hiciera lo que quisiera, cuando tuviera la cabeza hundida en el retrete se daría cuenta de su error.

Su cabello me hacía pensar en Bill, era rubio natural y no del mismo tono que él, era solo la forma en que lo peinaba...o mejor dicho, la forma en que no lo peinaba.

Cogí la cuchara de plástico y la sumergí en la sopa para empezar a comer.

¿Cuándo fue la última vez que escuché su voz? Tom no hablaba de él en lo absoluto, aun así mi curiosidad no le ganaba a mi vergüenza; el castaño era casi idéntico a Bill. Al ver que no llevaba las flores y los huesos tatuados sobre la mano, me sorprendía pensando por un instante que era mi amigo y no su hermano. Lo admiré muchas veces en silencio, pensando que mi mente me engañaba, que estaba tumbada sobre el viejo colchón sucio de Melanie derramando baba y viendo el techo fijamente. Me costaba pensar que estaba de verdad recuperándome, cuando golpeaba las paredes pidiendo que me dieran unos pocos gramos y no quería seguir pensaba que Melanie me había vendido. No comprendía y no quería hacerlo, porque no tenía fuerza para lidiar con todo ello.

La semana anterior, el viernes, me avisó el terapeuta que estaba lista para salir. No dejaría de verlo cada semana, tenía que continuar por el mismo camino, aunque ya no lo haría encerrada ahí. Esa misma tarde me dejaron usar el teléfono y pude avisar yo misma a Tom que mis seis meses en el hospital terminaban.
Su estilo era peculiar: siempre iba de jeans, zapatillas deportivas obligadamente, camiseta y chaqueta de aviador. Si vestía de otro modo me sorprendería; además, siempre que lo había visto tenía el cabello recogido completamente.

Feel It All (Tokio Hotel/Tom y Bill Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora