Prólogo.

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"Sus ojos brillaban como una luz reflejada al final de un camino oscuro"

Aquella frase que me ponía a pensar cada vez más y más en él, que recordaba la primera vez que lo vi, en el cual sus ojos se iluminaron al tener contacto con los míos, la verdad no tenía idea de lo que iba a pasar; pero de algo estaba segura, y era que iba a marcar mi vida y siempre iba a estar presente en cada paso que diera. Tony, cuando lo conocí tenía alrededor de 14 años, gracias a una propaganda de academias que hicieron en mi escuela, yo accedí a ir ya que estaba cerca de mi casa y quería realizar cosas productivas en mis tiempos libres.

Entré a ese lugar y me encontré directamente con su mirada, tenía una extraña costumbre de guiñar el ojo y eso fue suficiente para que mi mente fijará directamente la atención en él, me gustaba su coqueteo; no quiero decir que porque me guiñó el ojo entonces ya me empezó a gustar, no. Sino que algo había en él que a primera vista me enloqueció y eso exactamente fue mi perdición. Era una academia de baile y prácticamente toda mi vida me he dedicado a bailar en diferentes aspectos, no de un modo profesional pero por lo menos sabía a lo que me podía enfrentar. Lo observaba siempre, parecía más bien una acosadora que una compañera, me gustaba sentarme a su lado cuando era momento de descansar, para mí era total felicidad llegar a ese lugar y saber que lo iba a ver y así poco a poco me fui enamorando; me enamoré sola.

Meses después decidí alejarme de él, él había tomado otro camino con otra persona y yo pues estaba resignada a olvidarlo y aceptar las cosas. No podía dejar de pensarlo, no podía; siempre estaba presente en cada uno de mis pensamientos. Estaba sentada a la orilla de la playa, recordaba cada momento con él, cada sonrisa, cada baile, cada cosa que sentía al verlo bailar. Dolía que me hablara de otra persona, que no fuera yo la dueña de sus pensamientos y deseos, que no fuera yo quien podía tomar su mano y besarlo cada vez que quisiera, que no fuera yo la persona que él quería.

Tony se enamoró de mi con el tiempo, aun así estando con alguien más, se dio cuenta que no era lo que él quería y que ella no daba lo que creía merecer, y yo estaba ahí, aún enamorada de él, no siempre los viajes sirven para despejar la mente, y viéndolo por el lado bueno, sirvió no arrancarlo de mi mente, él volvió a mí, sin necesidad de volver a pedirle amor.

Desde esa vez, fue mío, sólo y únicamente mío; lo aproveché al máximo, pero... Me estaba dejando de amar con el tiempo. Dolió, dolió demasiado, lo suficiente como para casi querer acabar con mi vida, empecé a distanciarme de la gente siendo muy asocial, dolía demasiado ver a mis compañeras con sus parejas y yo ya no poder estar así con la persona que realmente amaba, estaba mal ya no poder abrazarlo y que cada día empeorara, me estaba enfermando, me estaba lastimando.

Trataba de fijarme en otras personas, pero ¿tan duro era encontrar otra persona como él?, sí. Por cada experiencia, cada persona, lo buscaba a él; la misma faceta, que me hiciera sentir tan llena como lograba hacerlo él, Oculté mis sentimientos una vez más y siguieron pasando los meses, nada era lo mismo, ni siquiera yo podía ser la misma por más que lo intentara, él se había llevado gran parte de mí, o tal vez todo lo que poseo.

Hice a un lado mis sentimientos, y traté de seguir con mi vida, comenzaba a odiarlo... pero el amor que le tenía era mucho más fuerte. Al poco tiempos nos dimos otra oportunidad y nada salió bien, yo seguía lastimada, pero mis sentimientos estaban presentes y empecé a rehusarme a aceptar que era todo lo que yo quería, realmente no quería aceptar que lo necesitaba en mi vida.

Conocí a una mujer que llamó mi atención, me hipnotizó, era algo indescriptible verla sonreír, se sentía muy bien, llenaba gran parte de mí y me hacía sentir feliz. Sus ojos irradiaban inseguridad, miedo y su fría actitud ocultaba más allá de sus sentimientos, luché por ella hasta más no poder, era un sentimiento increíblemente grande, decía amarme... aun me cuestiono sobre eso, era difícil entenderla... muy difícil. Su mirada me transmitía amor y su actitud lo tapaba como capa de cemento, me conformé con ella, era lo único que tenía. Pero, no era igual, me sentía feliz pero no completa, me amarré a ella con el objetivo de seguir negando lo que sentía por Tony, y ella me lastimó, destruyó hasta lo último que quedaba de mí y me dejó.

Te quiero de vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora