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—Cariño, que tengas un lindo día en el colegio. Te amo.— Besó la frente de su hija y sonrió.

—Gracias mamá. Que tengas un lindo día.

Kang Seulgi era nueva en Seúl. Venía de Gyeongju con su madre, solo ellas dos. Seúl era una ciudad grande y no tenían idea de donde se encontraban las mayorías de las cosas. Solamente tenían la suerte de conocer a unos amigos de su padre, que eran como familia, los cuales vivían desde hacía mucho tiempo en la ciudad.

Kim Yerim, hija del amigo de su padre, había sido muy amable con ella cuando se conocieron desde pequeñas, así que formaron una linda amistad y se presentaban siempre como primas.

Muy amablemente le había mostrado la ciudad y tambien el camino al colegio, el cuál le quedaba a unas veinte calles.

Tenía muchas salas, no solo para dar las típicas clases. Tenían para canto, instrumentos, fotografía, teatro, baile y demás.

Seulgi no había llegado en mejor momento del año ya que quedaban seis meses para terminar, tenía que ponerse al día con todo, lo cuál era demasiado, y lo único que tenía a su favor era el fin de año. Solo seis meses y no vería nunca más un colegio.

Comenzó a caminar por el largo pasillo buscando desesperada su aula, la cual era la número sesenta.

No iba tarde, pero era su primer día y estaba nerviosa. Los nervios le jugaron una mala pasada, haciendo que chocara con alguien. Su cara dio contra el pecho del contrario haciendo que ella caiga hacia atrás y sus cosas terminen por el suelo.

—Lo siento.—Dijo el chico mientras se agachaba.—¿Estás bien? No te vi.—Sonrió.

Seulgi lo miró, mientras el contrario estiraba su mano para que ella la tomara. A pesar de dudarlo un poco, la tomó y se levantó haciéndose demasiado notoria su baja estatura.

—Lo siento también.— El chico castaño levantó los libros de Seulgi y se los tendió.—Soy nueva y me perdí, ¿sabes donde queda el salon sesenta?— Preguntó mientras tomaba sus libros y le agradecía.

Pero el joven que hacía minutos parecía totalmente educado y amable, la dejó hablando sola. Comenzó a caminar con sus manos en los bolsillos y pecho bien en alto como si fuera alguien conocido y respetado por todos.

Seulgi comenzó a seguirlo mientras lo llamaba, sin embargo él nunca giró su rostro, ni parecía importarle. Lo tomó rápidamente de la manga haciendo que el castaño girara y así también otra mano la tomó por la muñeca a ella bruscamente.

—¿Por qué lo estás tocando?—Seulgi miró al chico a su lado. Su cabello fue lo primero en llamarle la atención, era verde, ¿verde menta? Bien, era extravagante y él era lindo, pero tenía una mirada intimidante.

En ese momento, Seulgi, tuvo miedo.

—¿Disculpa? ¿Tú eres? No, mejor dicho ¿quien es él que no puedo ni siquiera tocarlo? ¿Una celebridad? —El castaño la seguía mirando con algo de ¿asco?.

—Min Yoongi, soy amigo de Jeon Jeongguk.—Habló el pelimenta.

—¿Y quien es Jeon Jeongguk?-!—Preguntó ella.

—¿Eres tonta?—Preguntó el pelimenta.

—Es la nueva.  —Agregó el castaño.

Seulgi estaba explotando de enojo, si no hubiera sido por Yerim que apareció en ese momento, quizás hubiera ido a dirección por comenzar una pelea su primer día. ¿Quien era él para hablarle así?

—Yoongi, Jeongguk, —Yerim les hizo una reverencia. —lamento todo esto, es mi prima Kang Seulgi y no tiene idea de nada. Perdón, no se volverá a repetir.

i will not leave you ; jungkook jeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora