2 de diciembre.
Hace frío, mucho frío, y siento como poco a poco me voy congelando. Me duele respirar y noto como el frío penetra en mis pulmones. Mis dedos y mi orejas cada vez tienen un color mas rojo y me duelen, me duelen mucho, pero lo que realmente me duele en este momento es el corazón, y todo es por su culpa, bueno, quizá también por la mía.
5 meses y 11 días antes. 21 de junio.
Tres chicas salen por la puerta de un instituto después de la última clase del curso.
-Ufff… por fin se han terminado las clases.
-Pensé que nunca acabarían.
-Natalia, para ti aún no han acabado, te han caido cinco ¿recuerdas? Jajajaja
-¡Ay! Calla, calla que me deprimes. ¡Ahora hay que disfrutar del verano! ¡Somos jóvenes!
Y entonces Natalia, la mayor de todas y la que está en medio de la tres, les da a Sandra y a Raquel una palmada en el culo.
-¡Oye!- Se queja Sandra, la única que no ha suspendido ninguna asignatura; es la más lista de la clase y nunca baja del siete.
-Oigo empolloncita. Qué, ¿este verano vas a cortar con Samu o vas a seguir con ese paleto?
Raquel se limita a contemplar la escena, no es que sea tímida, de hecho es una de las personas más extrovertidas de su curso, pero prefiere reirse de la pequeña pelea entre sus dos mejores amigas.
-¿Cómo que paleto?, jajajajaja, pues que sepas que es mucho mejor que Pedro, que Santi, que Oscar, que Edu…qué, ¿sigo?
-Jajajaja no hace falta, pero sabes que esos solo son rollos, nada más, tu estas embobada con tu Samuelcito.
En los campamentos de verano del año pasado Sandra conoció a Samuel, un chico un año mayor que ella, un apasionado del ajedrez, no era demasiado guapo, pero era el chico perfecto para Sandra, los dos muy inteligentes, y además a él no le gusta sobresalir demasiado y Sandra lo hace en exceso así que se compensan. Sus dos amigas siempre pensaron que hacían muy buena pareja, pero a Natalia desde el día en que lo conoció le parece un poco muermo y un pesado.
-No estoy embobada con él, pero es que es un cielo.- Dice con una sonrisa en los labios.- ¡Uy!, hace mucho que no hablo con él, voy a llamarlo.
Entonces Sandra saca su móvil del bolsillo de atrás de su mochila, marca un número y se lo pone en la oreja.
-Oye Raquel estás tu muy calladita ¿eh?, ¿en quién piensas?- Le dice Natalia dándole en el brazo con su codo.
-¡Au!- Exclama mientras se frota en el lugar donde su amiga le a dado- No pienso en nadie, solo pienso que sois unas pavas de cuidado, jajajajaja.
-Señorita pava para usted- Dice Sandra tapando el altavoz de su móvil, que también estaba atenta a la conversación de sus amigas.
-Samu ¡¡TIO BUENO!! Jajajajaja- Grita Natalia acercándose al altavoz del móvil de su amiga. Aunque Sandra rápidamente se aparta para que no pueda seguir molestándole.
-Cada día estás más loca Natalia-Y justo después de soltar esta frase Raquel lo ve, lo ve a lo lejos, está solo en el portal de su casa, ¿Qué hará allí? ¿le estará esperando? No, no puede ser que le espere a ella, aunque Raquel nuca tiene miedo a nada, el tema de los chicos lo controla peor, sus amigas ya han tenido novio un vez como mínimo, porque Sandra está con Samuel y Natalia, bueno Natalia, puede hacer un equipo de fútbol con todos los chicos con los que se ha enrollado, pero ella en cambio nunca a estado con nadie, si que le han gustado varios chicos, pero o tenían novia o no se atrevía a decírselo, quizá por miedo al fracaso o a que le dijeran que no, y con él le pasaba lo mismo, Iván era perfecto, un gran atleta de ojos grises y de pelo castaño, parecía sacado de una revista, y ella se moría por cada hueso de su cuerpo bueno, casi todas las chicas de su curso se morían por él. El nerviosímo de Raquel aumentaba con cada paso que daba, ni siquiera oía como Natalia le reprochaba que estar loca no era un defecto, sino una cualidad. A casi solo cinco metros del portal de su casa Natalia notó la presencia del chico, cuando se dio cuenta enseguida reaccionó.
-¡Ey! Mira quién te está esperando.
-Shhhh, calla petarda, seguro que algún amigo suyo vive aquí.
-Si, si, esa es la escusa que te va a poner a ti. Jajajajaa.
-¡Adiós loca! Luego te llamo para quedar mañana ¿vale?-Dice Raquel parándose en la puerta de su portal y a tan solo medio metro de Iván.
-¡ADIOOOOS!
Y Sandra que aún no a parado de hablar con Samuel, contándole lo bien que le han ido las notas, manda un beso al aire dirigido hacia su amiga.
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Desde mi ventana
RomanceRaquel es una chica extrovertida y segura de si misma, excepto cuando se trata de hablar con chicos, siempre a estado enamorada en secreto, sin decíselo a nadie, ahora está loca por Iván, pero sus ilisiones se desvnecen cuando le pide que le ayude a...