Está claro, las cosas no son lo que parecen.

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Derrepente unos puntos de guitarra porvenientes del bolsillo de Raquel interrumpen la escena.

-¿Si papá?.-Dice Raquel evitando la mirada de Iván, que cada vez se le clava más adentro.

-Cielo, necesito que vengas a casa.- Dice su padre con voz rápida y estresada, como si tuviera prisa.

La petición de su padre no le había podido venir mejor, la verdad es que no sabía como salir de esa situación tan comprometida en la que le había metido Iván, y su padre era su salvación.

-De acuerdo, voy para allá.-Raquel cuelga el teléfono y mira a Iván como pidiendo disculpas por tener que irse.

-Lo siento mucho, me tengo que ir.- Y sin decir nada, se da media vuelta, pero esta vez nadie le impide marcharse y poco a poco se va alejando mas y mas de Iván, que se ha quedado solo mirando como la chica a la que quiere se aleja de el.

Cuando Raquel llega a casa ve que su padre no para de andar de un sitio a otro, parece muy nervioso.

-Menos mal que has venido.- Y sin dejar hablar a Raquel empieza a explicarle lo que sucede.- Mira, como sabes alex se va mañana de campamentos y hay que llevarlo a la estación.- Raquel asiente con la cabeza.- Y hay que estar allí a las 10 de la mañana, y me han llamado del trabajo, ha habido una confusión en un encargo y está todo patas arriba, voy a pasar toda la noche, de hecho tengo que ireme ahora mismo, por eso necesito que te quedes el resto del día con Alex y mañana lo lleves a la estación. Sé que querías salir hoy, y que es un rollo, pero..

Antes de que puediera acavar la frase Raquel le da un beso en la mejilla a su padre, un beso tranquilizador.

-Papá, no te agobies, yo me ocupo de todo.- Muestra una de sus mejores sonrrisas y le indica que  va a llegar tarde.

Cuando su padre ya se ha ido Raquel prepara la merienda para el y para su hermano, cuando terminan empiezan a jugar a la wii, hace un año que se la regalaron y desde entonces juega todos los fines de semana con su hermano.

Al cavo de un rato Raquel se da cuenta de que se ha hecho muy tarde, mira su reloj, ya son las ocho y media, al instante se acuerda de que hace media hora que había quedado con Gonzalo. Raquel corre a su cuerto a coger el móvil, tiene 16 llamadas perdidas suyas y un par de mensajes indicando que él ya está allí. Raquel decide llamarle para explicarle todo, aunque seguramente omitirá lo que Iván le ha dicho esta tarde, es mejor no empeorar las cosas.

-Hola.-Dice avegonzada Raquel.

-Que.-DIce Gonzalo ton un tono muy enfadado.

-No puedo ir me ha llamado mi padre y tengo que cuidar de mi herma..

Antes de que Raquel pudiera explicarse Gonzalo salta, explota como una bomba en la que dos personas salen heridas.

-¿¡Que te ha llamado tu padre!? ¡Que te crees tu! ¿Que me chupo el dedo?, has estado con el, lose, se que sigues enamorada de Iván y aqui me tienes a mi de segundo plato, pues no creas que me vas a tener siempre, decídete, y hazlo pronto. 

Gonzalo cuelga pronto el teléfono y a Raquel se le queda cara de idiota.

¿Qué mosca le ha picado a Gonzalo? ¿desde cuando él actuaba así? Vale que no le conociera de nada tan apenas, pero nunca había llegado a pensar que pudiera comportase asi. Estaba furioso y Raquel tan solo le había dicho que no podía ir, ni siquiera le ha dejado explicarse. Vale, podía estar enafado por darle planton, un planton invuluntario del que ahora no se arrepiente, pero no era para ponerse así. Un escalofrío recorre el el cuerpo de Raquel, pero es un escalofrío que le indica que Gonzalo no es lo que parecía, tiene un lado que Raquel aun no había llegado a conocer, un lado que no le gusta nada.

Desde mi ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora