Una vez más estoy con ella, ¿Cuánto tiempo ha pasado? No me importa, el tiempo vuela a su lado, cada vez que la veo es como si me gustase cada día más y más.
Estamos en la playa, ella está sentada metiendo los pies al agua, la veo y no existe cuadro más hermoso. Entonces decido hacerlo, contarle toda la verdad, es momento, esto tenía que llegar tarde o temprano. Ella debe saberlo.
Hola Vicky, te traje una bebida.
-Gracias, qué lindo.
-Escucha hay algo que he querido decirte hace algún tiempo.
-Sí, dime.
-Yo...
No sé qué me pasó, quedé en blanco, no pude decir nada y de mi boca sólo salió:
Amo el agua de horchata es la mejor, ¿No crees?
-Sí claro, me gusta pero ¿eso en realidad es lo que querías decirme? Parecía más serio.
-¿Serio? No, para nada.
-Dime ya.
-Pero Victoria.
-Vamos, por favor.
-Es que yo...
-Dime, dime, dime
-¡No soy lo que tú crees!
-¿A qué te refieres?
-Soy un dios de el Olimpo, no un humano común.
-Ah ya entiendo, bien entonces yo quiero ser Atenea.
-No estoy bromeando es enserio.
-Tampoco yo, soy la diosa de la sabiduría ahora.
Entonces la tomé de los hombros y le dije cara a cara:
-¡Es enserio, Zeus me desterró, soy el maldito cupido!
-Debes estar bromeando.-Dijo dudosa.
-Quisiera hacerlo pero no es así.
-Eso explicaría por qué desconoces muchas.
-Ajá y...
-Y por qué hablas de esa manera tan extraña
-Cierto y...
-Y por qué eres tan guapo y rubio y tus chinitos de cupido, sin mencionar tu talento con el arco.
-¿Aún crees que bromeo cierto?
-Obviamente, mira no sé a qué quieres llegar con esto pero...
Entonces me quité la camiseta y le enseñé las marcas de mi espalda.
-¿Ves esto? Ahí solían estar mis alas, Zeus me las quitó al bajar aquí.
Victoria estaba sorprendida entonces tocó para asegurarse de que las cicatrices eran reales.
-Pueden ser cicatrices, pero causadas por alguna otra cosa, no necesariamente alas.
Así que voltee hacia ella, puse su mano en mi pecho y le dije:
-Deja de mentirte a ti misma, créeme, no ganaría nada mintiéndote.
Y de un momento a otro Victoria rompió en llanto y me abrazó.
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La ironía del amor.
RomanceUna fascinante historia de dioses donde el mismísimo dios encargado de el deseo y encanto del amor, Cupido, se enamora.