Esa misma tarde se convirtió en noche, éramos los únicos en la playa y el clima comenzaba a ponerse frío.
-¿Y por qué estás aquí?
-Zeus me exilió por cuestionarlo.
-¿Y por qué hiciste tal cosa?
-Yo...
Decir eso era muy difícil.
...Yo estaba preguntando por qué yo, Eros dios de el amor nunca me he enamorado, dije que era una ironía, entonces él me trajo a la tierra sin ninguna de mis posesiones como castigo, y no podré volver hasta enamorarme.
-¿Es por eso que eras ten persistente desde el inicio? Sólo me usabas para salir de aquí.
-No, no es así, o lo fue al principio pero, no ahora
-Ya escuché suficiente, tengo que irme
-Victoria por favor, yo jamás quise herirte, es sólo que
-¿Es sólo que qué? Jamás abrí mi corazón a nadie más que a ti, y tus fines eran egoístas.-Dijo ella molesta, mientras una lágrima corría por su mejilla.
-Lo siento tanto.
-Sentirlo no arregla las cosas.
Entonces se marchó, sentí un fuerte dolor en el pecho y un nudo en la garganta por cada paso que daba lejos de mí.
Me quedé ahí unos minutos, entonces vi su arco y sus flechas en el suelo y decidí seguirla para entregárselos.
Corrí hasta alcanzarla y cuando la encontré, unos hombres intentaban asaltarla, estaban armados y en el peor de los casos le harían daño. Así que sin pensar corrí hacia ellos.
-Déjenla en paz bastardos.
-Largo de aquí niño, no te intentes hacer el héroe.-Dijo uno de los hombres mientras me mostraba su arma.
Entonces actué rápido y le disparé una flecha al tipo que sujetaba a Victoria, y cuando empecé a apuntar al otro sujeto una bala atravesaba mi pecho desde mi espalda, el tiempo comenzaba a ir lento a mis ojos, Victoria corría hacia a mí para sostenerme, y con las pocas fuerzas que me quedaban le disparé una flecha al sujeto que me hirió dejándolo inconsciente. Entonces caí al suelo en los brazos de Victoria.
-Lo siento tanto, te vas a poner bien, eres inmortal ¿no?.-Dijo Victoria histérica y preocupada.
-No en este mundo, pero eso no importa ya, escucha, yo quiero estar contigo, me quiero quedar para ti y sólo para ti.
-Te creo, en verdad, pero quédate conmigo, no cierres los ojos mi amor.
Mis ojos se comenzaban a cerrar involuntariamente, entonces ella me besó, y fue hermoso, justo como lo esperaba, sus labios eran como de azúcar y sus besos me dejaban un delicioso sabor a mi boca.
Así que entonces cerré mis ojos y le dije:
-Te amo Victoria, en verdad te amo.
-Yo también te amo.-Dijo ella mientras de nuevo dos lágrimas caían sobre sus pecosas mejillas, y yo, bueno yo memorizaba los detalles de su rostro, como si fuera la última vez que la veía.
El clima comenzaba a cambiar, el aire era fuerte, la lluvia comenzaba y los truenos no paraban.
Y Victoria seguía ahí conmigo.
Entonces desde el cielo, un rayo cae sobre nosotros.
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La ironía del amor.
Storie d'amoreUna fascinante historia de dioses donde el mismísimo dios encargado de el deseo y encanto del amor, Cupido, se enamora.