Lamento no darte respuestas, amor mío. Sé que, si sabes todo de mi, querrás que te deje en paz y el simple hecho me aterra. No podría vivir sin ti, y sé que suena muy extraño, sé que incluso puedo incomodarte pero es lo que siento y el ser callado en cuanto a mis emociones se refiere jamás fue mi don.
Lo amo, desde el primer día que lo vi, hace ya bastantes años. Me sorprendió su alegría sin sentido, su bondad y me hechizó su hermosa sonrisa.
Tal vez ya no me recuerde de aquellos tiempos, tal vez un hombre se ocupó de borrarme de su mente y, sé que tal vez puede llegar a enojarte, pero lo odio. Aquel que te hace sufrir, amor mio, no es más que un idiota. Un pedazo de humano inservible.
Y, contrario a lo que dije al principio, con la opción de que me odies de por vida, vamos a vernos. Quiero sentirte... así como antes. En dos semana, esperame afuera de la universidad donde nos conocimos. Al medio día conocerás mi rostro.
Atte: tu amor secreto.