☹ we will n̶e̶v̶e̶r̶ meet again ☹ || נαℓεx

第六个月

Estaba en clase de química, en una de las mesas del fondo, mirando el contacto de Jack mientras esperaba a que llegase la profesora para empezar la clase.

Sabía que era todo un tonto, que había tardado lo suficiente para hacer que las cosas fuesen incómodas, y, a cada día que pasaba, era más ridículo llamar. Pero no podía dejar de pensar en Jack. Lo tenía básicamente en mi piel, tatuado, recordándome a él a cada segundo que pasaba. Lo veía en los paquetes de KitKat, en los bricks de zumo, en las latas de cerveza, en las mates. Era como si hubiese estado ahí siempre y ahora no supiese funcionar sin él junto a mí.

Bloqueé la pantalla del móvil y me lo guardé en el bolsillo delantero de mi sudadera extra grande de Blink-182 en cuanto oí la puerta de la clase cerrarse y la profesora saludando con un entusiasmo que quizás conseguía con drogas de las fuertes, porque no entendía que felicidad podía encontrar en este instituto.

Corriendo detrás de la profesora, disculpándose por llegar algo tarde, entró April Stone, una de las amigas de Lisa. Aunque ellas, junto a Cassadee, eran buenas amigas, nunca venía con nosotros porque no le interesaban las bandas de rock o las cosas que hacía nuestro grupo en general; a veces pensaba que no le caíamos bien. Para mi sorpresa, no obstante, April escaneó rápidamente la sala en busca de un sitio donde sentarse y, al localizar el sitio a mi lado, se acercó rápidamente a donde estaba.

"Hey, ¿qué tal, Alex? ¿Te importa si me siento?" Me saludó, con una sonrisa, haciendo un gesto en dirección al taburete a mi lado.

"No, siéntate, los demás parece que han decidido pasar de la clase."

La rubia me dirigió una última sonrisa antes de quitarse la mochila, dejándola en el suelo, y sentarse a mi lado.

No pasaron ni cinco minutos que la profesora Willson ya tenía escritas miles de fórmulas en la pizarra y divagaba sobre temas que casi ni lograba comprender, quizás debería pedirle ayuda a Jack.

En el momento en que me di cuenta de que, dadas las circunstancias, no podía pedirle ayuda a Jack, sentí todo mi arrepentimiento y tristeza volver. Lo había pensado tan inconscientemente que, darme cuenta de la realidad, fue como si me hubiesen dado un golpe que me hubiese dejado sin aire por unos momentos.

"¿Estás bien? Te ves muy decaído últimamente." Oí la voz de la chica a mi lado y, al girarme a mirarla, la vi observándome con preocupación.

"Sí, no es nada." Murmuré, no había manera de que se lo contase a ella.

"Puedes contármelo, ¿sabes? Que sea amiga de Lisa no significa que no puedas meter mierda de ella conmigo." Soltó una risa.

Yo la miré confuso, sin saber que pintaba Lisa en esto. Yo no era el que estaba cabreado con ella, era la chica la que no me dirigía la palabra desde hacía meses.

"¿Por qué iba a querer meter mierda de ella? Es ella la que está cabreada conmigo, no yo."

April levantó las cejas y miró hacía un lado, en un gesto que parecía expresar incredulidad.

"Lo que tú digas, yo estaría cabreada después de lo que te hizo. Es decir, mira cómo te tiene de amargado."

"Silencio los del fondo." Dijo rápidamente la profesora Willson, sin girarse siquiera y siguiendo con las fórmulas que estaba escribiendo en la pizarra.

Hice caso omiso, porque ahora mismo me importaba más lo que me estaba intentando decir April que el castigo que me pudiese caer. Miré a la chica a mi lado aún más confundido después de sus últimas palabras, ¿tanto costaba hablar claro? ¿Qué coño me había hecho Lisa, si ni me saludaba por los pasillos?