Belluz

Nuevo Residente.

Después de enfrentarme a esa cosa deforme y destruir media ciudad... No, mentira solo dejamos mal trecho una calle y varios autos; espero que tengan seguro.

Bueno, después de eso me fui a mi bar favorito. La gente deja vasos de bebidas a medias o comida casi completa. No me juzguen, no tengo dinero y si lo tuviera no se como comprar si la gente ¡NO ME VE! es jodidamente estresante esa parte, además en mi mundo soy un ladrón, así que puedo tomar lo que quiera, pero es aburrido al no sentir esa adrenalina al ser perseguido.
En este bar viene bandas amateur a tocar covers o canciones propias, es divertido lanzarle cosas sin saber de donde provino.
En la barra siempre estaba Joey, un tipo rubio bien parecido y gracioso. Esa noche el bar estaba lleno, y alguien estaba en mi mesa preferida... Que desgraciado. Me acerqué y me senté a su lado... Un borracho más, perdido entre la música amateur y el alcohol. Estaba solo por lo que veía, una botella de tequila y un solo vaso.

-Se como te sientes amigo.- Le dije sabiendo el resultado.- Sabes, nunca le he contado esto a nadie, pero, robe de mi mundo unas máscaras muy antiguas, ignorando el poder que escondían. Cuando las tome sonó la alarma y salí corriendo, pero me estaban esperando afuera. Lo último que recuerdo fue una lluvia de balas y después un gran destello, luego aparecí aquí sin más.- La mirada del hombre estaba perdida en el escenario donde estaban tocando una canción que al parecer todos amaban "TNT" de una tal AC/DC o algo así, no se, no Conozco nada de este mundo. El hombre se sirvió un trago y cuando se distrajo me lo bebí de golpe y lo volví a dejar en su lugar. El borracho parecía sorprendido al no saber que había pasado.- Lo se amigo, esa misma cara puse yo al despertar aquí y darme cuenta que no era mi dulce y acogedor hogar. Sirve me otra trago, anda.- como si me hubiese escuchado lo hizo. Lo tome y lo bebí rápido; volvió hacer ese gesto de perplejidad.

-Ya... Bebí demasiado.- Dijo sin despegar la mirada del vaso.

- ¿Tan rápido te vas? Pero si acabo de llegar.- Se levantó y se fue mi amigo. A quien engaño... Deje caer mi cabeza sobre la mesa en señal de derrotado. Me termine la botella y me quede en esa posición durante toda la noche hasta que cerro el bar.

La música retumbaba en mi cabeza, podía ver las estrellas a través de mis ojos cerrados, tenía mucha hambre, pero no quería levantarme, lo que quería era borrar mi miserable existencia... Quien podría vivir con esta cruel soledad, ser ignorado por todos, tener que comer de lo que sean los demás, ser perseguido casi diario por esas cosas que salen de no se donde.... Era demasiado. ¡Miseria!

-¿Disculpe? ¿Señor? Sabe que ya cerramos, no puede estar aquí.

Ja, pobre diablo. No lo quieren en su casa, por eso se ahoga en alcohol. Yo seguía con la frente sobre la mesa y mirando las estrellas a través de mis párpados. La chicha era insistente yo en su lugar le hubiera reventado la botella en la cabeza.

-Señor, le estoy hablando.

Algo me empezó a picar en el brazo. ¿Algún insecto? Cuando levante la cabeza y abrí los ojos para ver que mi picaba me percate de que era la mesera la que me estaba picando el brazo con un pica hielo.

-¿No sabe que es de mala educación despertar a la gente de esa forma?

-El bar ya cerro, debe retirarse. - me dijo en un tono muy malhumorada... Espera... ¿Qué? Me levante rápidamente y me le quede mirando a los ojos. Esta los desvío hacia otra parte mientras se le coloreaban los pómulos.