Belluz

Lo Tuyo es Mio y Lo Mio es Tuyo

En el capítulo pasado Arly invito a Eva a salir a pasear y tuve día libre... En pocas palabras, Eva me dejo ir a donde yo quisiera y como sabrán no me dejaba salir por ser un peligro para el mundo. Soy un amor de persona sinceramente... Pero en fin. Salí a dar una vuelta al vecindario y me encontré con unos tipos que secuestraron a una joven, yo heroicamente la salve. Me molesta el echo de que personas como ellas se ganan la vida a base del sufrimiento ajeno, son personas que no tienen empatía por nadie y la verdad yo tampoco la sentí al acabar con ellos por el sencillo motivo de que son escoria en la sociedad, y dirán " pero Belluz, tu eres un ladrón, es lo mismo" y contesto: claro que no, pues yo no le robo a la gente, yo me especializó el robar artículos raros que están en museos y lugares así. Esas cosas son del mundo, no tiene dueño.
Hace mucho cuando era niño mi familia era conocida por hacer ese tipo de trabajos, nuestro nombre en clave era "Dram" más que nada por el nombre de mi padre. Dramhel.
Recuerdo tener una infancia dura en aprender los secretos familiares, ya que yo era el único varón y próximo líder... Pero todo se esfumó.
Nuestra familia fue traicionada por "alguien" recuerdo esas palabras de la boca de mi padre, una noche entraron a nuestra casa: fuerzas especiales de élite. enviadas por el mismo gobierno.
Recuerdo nuestra casa en llamas y mi madre gritándonos a mi hermana y a mí que corriéramos muy lejos... Esa noche también murieron ellos, murieron por protegernos... pero esa es otra historia.

Un ruido en la cocina me despertó de golpe y me levante rápidamente para ver que pasaba. Aun estaba oscuro y el reloj marcaba las cuatro de la madrugada. Me asomé lentamente por la puerta y vi a Eva. ¿Qué hacía?

-Hola, hola.- Salude al entrar.- Parece que tu también viniste a matar al que hacia ruido en la cocina.

-Era yo... Lo siento.- vestía su pijama azul de patitos y estaba tirando la comida que había echo.

-Wo wo wo. Espera. ¿Por qué lo tiras?- la detuve antes de que cometiera un grabe crimen. Me acerqué para quitarle la olla de las manos.

-Sabe pésimo.

- Pero yo no lo he probado.

- Ni deberías, es muy malo.

Fui a la alacena y tome un plato para verificar tal echo. Me serví un poco y me recargue en la pared.

-No creó que seas tan mala en la cocina, si lo fueras ¿para que cocinarías?- me lleve un poco a la boca y mastique... Pero en seguida mis papilas gustativas se dispararon gritando que escupiera eso, mis ojos se humedecieron y mi garganta se cerró para evitar que llegara eso a mi estomago. Lo había echo ya, estaba tragando con dificultad y evitaba hacer algún gesto, pues Eva me observaba con atención.- Es muy bueno.- ¡Es muy malo! Como algo tan sencillo como echar pasta al agua hirviendo puede ser difícil y es más; tomar un sabor tan horrible.

-¿En verdad?- Dijo Eva con una pequeña y tímida sonrisa.

-S-Si.-No le quería decir que era horrible por no herir sus sentimientos... Pero lo estaba considerando.

-Que bueno porque aún hay más.- Señalo la olla donde quedaba un poco.

- Que alegría. Lo guardaré para la cena.- En cuanto no mire lo voy a tirar a la basura.

-Aun te queda en tu plato. ¿Por qué no comes?

-¡Ah! Es que algo tan delicioso se come despacio.- ¡voltea para otro lado maldición! Voy a vomitar en cualquier momento.

-Bueno, me iré a dormir de nuevo.- Dijo pasando a mi lado. Era mi oportunidad para tirarlo, pero Eva se volteo en ese momento justo bajo el umbral de la puerta.- por cierto Belluz.

-¿Si? - Me quede quieto a mitad del camino del bote de basura.

-Gracias.- Dijo tímidamente.