CAPÍTULO 1: BRIANNA Y SU FAMILIA

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Southampton (Inglaterra) 1912, Brianna Sullivan, una joven perteneciente a una adinerada y poderosa familia del país lamenta que sus padres hayan decidido ya su vida.
Aunque es algo habitual en esa época y la gente de su estrato social, la joven es una mujer adelantada a su tiempo y rebelde, por eso desea ser ella quien maneje el timón de su vida dado que es ella y no otra persona quien la va a vivir.
Ser mujer y una mujer como Brianna en esos tiempos es muy duro y complicado.
Se desahoga con Keeva, una mujer joven y bella de raza negra, su doncella y dama de compañía a la que quiere como a una hermana.
Esta se limita a escucharla y aunque siente y piensa de idéntica forma, sabe que a las mujeres, por desgracia, solo les queda la opción de obedecer a los hombres que gobiernan sus propias vidas sí o sí. Y por desgracia para la joven tendrá que acatar la decisión de sus progenitores le guste o no.

Mientras las dos amigas conversan, la empleada aprieta y anuda las tiras del corsé de su amiga, ambas imaginan como serán sus vidas de ahora en adelante. En un tiempo como aquel, no solo las diferencias de clases son grandes, también la diferencia entre razas lo son.
Sería impensable no ya una relación amorosa entre personas de diferente estrato social, sino incluso de cualquier otro tipo. No digamos ya entre distintas razas. Eso sencillamente no ocurre y de ocurrir sería un escándalo.

La cosa es así de simple.

Las personas ricas no se mezclan con las personas de raza humilde y viceversa.
Así como las razas tampoco se mezclan entre si.

"Cada uno en su lugar, en su mundo y con su gente"

Sin embargo, las dos chicas se tratan de igual a igual, aunque procuran hacerlo a solas. A la joven millonaria no le importaría y de hecho querría tratar a su amiga con total naturalidad. Aunque si eso llegara a pasar Keeva tendría las de perder porque la culpa sería de ella en todo momento. La verdad poco importa, solo lo que a muchos les convenga creer. Ella lo tiene asumido, pero es a la millonaria a quien más le molesta. Después de todo solo son dos jóvenes de la misma edad con los mismos sueños. El color de la piel es lo de menos.

Pero aunque están llenas de sueños, con toda seguridad ninguna los podrá cumplir. Brianna se casará con alguien de su mismo ambiente y pasará la vida, más bien vegetará, como una mujer florero. Un bonito florero, pero florero al fin y al cabo. La esposa del rico de turno que él lucirá en fiestas y compromisos sociales varios. Tendrá un par de hijos a los que cuidará la nodriza y pasará los años, la vida, encerrada entre cuatro paredes cumpliendo su papel de esposa, dama y como no, objeto sexual que su esposo utilizará sin el mayor recato y pudor para satisfacer sus propios deseos sexuales.
En ocasiones ni siquiera preguntará a su pareja si ha disfrutado de esos momentos de intimidad o ha vibrado o gozado del mismo placer que él. Condenada a casarse con alguien a quien no conoce y a quien no ama. Eso es lo que hará en un par de días.
Embarcarse en el Titanic para dirigirse a Nueva York donde se encontrará con su destino y donde sus padres la esperan. En dos días tendrá que tener todo listo para su partida.

Brianna comparte vivienda con un tío paterno, algunos años más joven que ella, que se encarga de todo lo que tiene que ver con la vida de su sobrina. Es decir, conducir su vida como hacen con las mujeres de la época. Ella siente la necesidad de rebelarse, liberarse contra las normas y en especial con su tío al que no soporta, pero con el que se ve obligada a convivir, aunque de antemano sabe que es una batalla perdida.
Aquel hombre tan chapado a la antigua, incluso demasiado para su edad, machista, prepotente, ambicioso e incluso agresivo.
Por suerte para la mujer, Finn no podrá acompañarla en el viaje ya que debe quedarse arreglando unos negocios familiares que no puede postergar, aunque en unos días se reunirá con todos ellos en Nueva York para asistir a la boda de su sobrina.

La chica no irá sola, su doncella la va a acompañar con el encargo de vigilarla, no vaya a ser que a Brianna le de por hacer cosas inapropiadas e impropias de alguien de su posición social.
Aunque al hombre no le causa ninguna gracia dejarla en compañía de "la negra", como él la llama en tono despectivo, no le queda otro remedio. La joven criada parece alguien de carácter fuerte, estricta moral y actitud distante con su sobrina.

DESPUÉS DEL TITANIC (COMPLETADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora