Otra oportunidad.

Día diez.

Mala idea, pues el café se enfrió de camino a casa. Me lo terminé en la puerta del edificio, y subí con las mínimas ganas de ver la película. De todos modos la disfruté. Por supuesto que me refiero a que casi me ahogo con mis propias lágrimas, debido a que no leí la síntesis del film y fue bastante triste. Me sentí en mi ambiente, comprendida de alguna manera.
Mi casa está casi tan desastrosa como mi vida, tengo que ocuparme de eso.