Miradas Oscuras[Duki]

Capítulo 2

-¿Qué te pasó? ¿No qué venías en subte? ¿Por qué estás toda roja?- preguntó Belén preocupada.
-¡¿Qué?! ¿Yo roja?.-exclamé sorprendida.
-¡Si,boluda!.-estás rojisíma.
-Es que...me crucé con su mirada oscura.-expliqué misteriosa.
-¿Con qué?-Belén no había entendido nada.
-¡Con el pibe de la esquina que me mira como violador del bosque,Belén!.-exclamé molesta.
-¡Ahhh! Si,si,me contaste,¿qué pasó hoy?.-interrogó como si mi historia fuese fascinante.
-Bueno,eran las cinco de la mañana y estaba saliendo al polo sur,pasé por la calle de siempre y en la esquina maldecida por un señor hecho de hormigas según la leyenda urbana que me contó la amiga de la prima de mi tía.Estaban ahí rodeados de dragones y lobos gigantes feroces. Tenían una gran tormenta en sus cabezas y fumaban papeles dorados. El que me miró,Mauro,tenía los ojos negros como la noche y juro que ví las esterellas reflejadas en ellos. Me miró mientras inhalaba su cigarro dorado y se me congelaron los huesos. Luego salí rápido de allí.-terminé de explicar.
-Ah,pero vos te fumaste algo del humo que dejaron,¿Están bien Irene? ¿Hay alguien ahí? ¿Te inyectaron algo?
Tas re fumada m'ija.
-¡Shhh! Yo no fumé nada loca.-recriminé. Luego empecé a toser desenfrenadamente.- Pensandolo bien creo que me fumé sin querer.
-¡Ay,no! ¿Quién podrá salvarnos ahora?.-dijo dramática.
-¡No va a aparecer el Chapulín Colorado!.-exclamé frunciendo el ceño.
-Perdón.-dijo a la vez que me ayudaba a pararme. Me agarró el brazo y me lo puso atrás de los hombros,al pararme sentí que me mareé y desmayé. Bien Drama Queen señores.

-Y al parecer su hija se había  fumado alto faso,gatito.-habló el médico. Abrí los ojos de golpe.
-¡¿Qué?!.-exclamé. Sentí que alguien se había carcajeado.
-Soy yo.-se carcajeó un hombre con una risa bastante retrasada.
-Ay no,no me violes por favor.
-¿Qué decís,boluda?.- mientras decía eso ya me había parado y lo estaba amenazando con una jeringa.
-¿Una jeringa? ¿En serio?.-se volvió a reír.
-Pajero.-le espeté en la cara.
Su postura cambió y sus expresiones se convirtieron en amenazantes. Aflojó el ceño y se volvió a reír.
-Si hubieras visto tu cara.-se siguió riendo.
Se escucharon pasos afuera.
-Uy,yo me tomo el palo.-dijo.
-Si,mejor andate.-concluí esperando que se fuera por la puerta,pero no,abrió la ventana y se sentó en el borde.
-¡Pará boludo! ¡¿Cuántos pisos hay?! ¡Te vas a matar!.-le advertí soltando la jeringa.
-Voy a estar bien,Irene.-dijo como si fuera obvio y saltó.
Asustada me asomé por la ventana y él  se enderezó.
-¿No era más fácil decirme que de la ventana al suelo hay menos de un metro?.-interrogué.
-No.-se limpió las rodillas y salió corriendo a un auto negro que estaba parado en la vereda.
Le abrieron la puerta unos que estaban adentro y arrancó a toda velocidad como si hubiera robado un banco.
-Cada vez más pirado Mauro.-acoté a la situación. Seguía parada en la ventana.
La puerta se abrió.
-¡Irene!-me dí vuelta inmédiatamente.
-¡Mamá!-corrí y la abracé.