Miradas Oscuras[Duki]

Capítulo 18

-¡Silencio en la sala!.-golpeo con el martillo el juez. Irene y sus amigos estaban en juicio por su imprudente acción de tomar monos y soltarlos en una selva.

-¡Señor,le digo que los monos tenían la etiqueta de laboratorios Rusendorf! ¡Salió en las noticias que maltrataban animales!.-argumentó Irene,como no habían podido pagar un abogado,ellos mismos se estaban defendiendo. Resultaba raro que no los hubiesen condenado después de cinco minutos de juicio. El juez se agarro el tabique de la nariz y el fiscal se golpeo la frente.

-¡Tenían que ser adolescentes!.-el viejo de túnica negra habló.- Niños,esos monos no eran de laboratorios Rusendorf,lo que decían esas etiquetas era laboratorios Busenderf. Esos monos estaban siendo rastreados ya que alguien los había entrenado para que hicieran espectáculos callejeros y a su vez robaran a los expectantes.-explicó.

-¡¿HICIMOS TODO ESE VIAJE POR NADA?!.-se levantó Dani alterado.

-¡Orden en la sala! Muchachos,visto que pueden quemar este juzgado con su estupidez,váyanse a casa de una vez,no necesitan pagar fianza,solo desaparezcan de mi vista.

-¡Ganamos el caso!.-festejó Belén junto a Florencia.

-Eh...eh...¿de qué me perdí?.-al parecer el consumo de cannabis estaba afectando a Mks ya que o se dormía en cualquier lado,o hacía pendejadas,si no le bajaba la presión y se desmayaba. Salieron del edificio muy felices y cada uno se fue para su casa,exhaustos.

Duki,Mks y Wolf tomaron el mismo camino.

-Boludos,me gusta Irene pero no se si decirle.-confesó Duki.

-Lo único que te digo es que no la boludees porque te va a partir la madre con sus patadas voladoras y sus escobazos.-advirtió Mks.

-Irene es una nena simple,se le ve en los ojos que solo quiere amor,vos dale lo que quiere y no la defraudes.-aconsejó el lobuno hermano de Markos. Pararon en un kiosco para comprar unas bebidas.

-¿Y si me rechaza?.-dudó Mauro. Wolf escupió toda la Coca-Cola.

-¡¿En serio?! ¡¿Sos ciego o no vez como te mira?!.-gritó levantando los brazos.

-Tiene razón.-apoyó Mks.

-¡Andate atrás de ella antes de que se choque a un perfecto príncipe azul o prenda fuego la casa!-exclamó el lobo.

-Si,tienen razón,¡chau!.-Duki salió corriendo como un loco.

-¡Es para el otro lado!.-indicó el menor de los Mansilla. Wolf solo pudo golpearse la frente al ver a su gordo amigo,rey del flow,girar y correr en la dirección contraria.

Al llegar a la casa de Irene,se sacó la chancla y la tiró a la ventana de su habitación.

-¡Oh Irene,princesa mía!.-dramatizó cual obra de Shakespeare.

Irene se asomó por el ventanal con bata,una toalla en la cabeza y una escoba en la mano.

-¡¿Quien jode a esta hora?!.-gritó.

-¡Abajo pendeja!.-movió los brazos Mauro.

-Ah,sos vos,entrá,está la puerta abierta.-invitó Irene. Ella tenía los ojos llorosos,pues había estado mirando una comedia que le había recomendado su abuelita y había terminado lagrimeando.

-Hola.-saludó Duki cuando entró en el cuarto. El panorama era deprimente,Irene tirada en un rincón con los ojos cristalizados,abrazada a un osito de peluche y con una novela Mexicana de fondo.

-Hola.-contestó con la voz finita.

-Venía a decirte algo.

-Yo también tengo algo que decirte.-confesó la chica. Duki se puso nervioso.

-Vos primero.-dijo Maurito.

-No,vos primero.

-No,vos.

-Bue,a la misma vez,¿bien?.

-Si,a la misma vez.-aceptó el chico.

-1.

-2.

-3.

-Tengo un perrito que levanté de la calle escondido en el baño y no se que hacer.-habló rápido Irene.

-¡Te quiero garchar!.-exclamó Duki.

-¿Qué?.-preguntaron a la misma vez.

-¡No! ¡Tu qué!.-Irene se levantó de su rinconcito. Duki sonrió nervioso y se peinó con la mano.

Y pasó algo que tomó por sorpresa a los dos. La dueña de casa se lanzó contra el chico,tirándolo en su cama y subiendosele encima.

-Baia,baia,esto fue mejor de lo que pensé.-suspiró agarrándole las caderas.

-Callate y no arruines el momento.-lo silenció ella. La toalla se cayó,la bata se desató,y el short de Mauro voló por la ventana al ver el cuerpo escultural de la chica.

-¡La puta madre el camper de mierda!.-el gritó de Lucas retumbó por toda la casa.

-Al menos no va a escuchar nada de lo que pase.-sonrió ella.