Capítulo 6

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El interior no era menos esplendoroso, los cristales decoraban las paredes y cuadros y flores la adornaban por dentro. Sin embargo, ya se notaba acogedora.

Salió a recibirlos una pareja de ancianos, no tan mayores, que les sonreían y les saludaban con acento extraño. 

-¡Hola chica! Somos los abuelos de los Murray, yo soy Elizabeth y él es Henry. Somos los padres de Christina. 

-Encantada, con mucho gusto, soy Sofia. Trabajo como asistenta en la casa de los Murray.

-¿Tan  joven? ¿Qué edad tienes?

-Diecisiete.

-¡Oh vaya! ¡Si es de la edad de nuestro Alex!-sonrió con picardía.- Bueno, -dijo Elizabeth mientras cogía a Sofia del brazo- aquí en mi casa uno viene a disfrutar del verano, despejarse y divertirse, así que no hace falta que trabajes.

-Gra...Gracias...

-No te sientas incómoda conmigo, por favor.

-Venga abuela, deja ya a Sofia, necesita instalarse y descansar. No está acostumbrada a los viajes tan largos.

Dicho esto Elizabeth la soltó y toda la familia menos Christina, que tenía que hablar con sus padres, se fueron para arriba.

Sofia, sin ser menos, los siguió.

-Sofia-la llamó Alex.-Esta es tu habitación. 

La chica se dio cuenta de la proximidad entre la habitación de Alex y la suya.

-Ninguna habitación tiene cuarto de baño propio así que tendremos que compartirlo entre todos. 

-Está bien, no importa.

Sofia fue a instalarse a su nueva habitación. Era muy rústica pero tenía el toque inglés. Estando en ella alguien tocó a la puerta.

-¿Si?

-Soy Van.

Sofia la dejó entrar y la morena se sentó en su cama.

-¿Cómo te sientes? 

Sofia la miró  con las cejas levantadas, se mordió el labio, costumbre que tenía desde pequeña, y volvió a bajar la mirada.

-Sé que esto ha sido difícil. En tan poco tiempo has pasado de vivir en la miseria a tenerlo todo, o casi todo-agregó.

-Estoy bien.

-No. Quiero decir, es algo difícil de digerir con rapidez y encima no lo ponemos fácil. Yo el primer día te saqué de quicio.-rememoró.

-No pasa nada, de verdad. Puedo acostumbrarme a grandes cambios. Siempre lo he hecho.

-Bueno, en estos días que estemos por aquí vamos a ir a muchos sitios. Tú eres una más. Lo pedí expresamente a mi madre y dijo que no importaba. Todos te han cogido cariño desde el principio.

-Tampoco he hecho nada del otro mundo, pero gracias.

-No seas tan reticente. Eres una buena persona. Nos lo has demostrado en un solo día. Además, Alex te ha echado el ojo.

Sofia sonrió, pero en verdad se sentía confusa y tenía miedo. Miedo del desconocimiento que suponía todo lo que estaba viviendo.

-Bueno, aquí se cena mucho antes así que deberíamos bajar ya. 

Ya abajo. siguieron un pasillo enorme y entraron a un gran salón. Allí se encontraban Elizabeth y su marido Henry.

-Queridos, ya va siendo hora de cenar, ¿no creéis? Vamos todos a comer que tenemos pasta fresca.

El peso de la realidad (EPDLR)(#BrightAwards2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora