Capítulo 9

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Después de recoger a Vanessa y a Steve de sus respectivas escuelas, Alex dejó a Sofia en su residencia. Lo primero que hizo la chica fue dirigirse al comedor, en el cual pagó con algo del dinero que había ganado en los últimos meses. Luego se dispuso a organizarse y a estudiar, le esperaba un largo camino lleno de trabajo y esfuerzos pero estaba dispuesta a sacarlo todo adelante. Era una de sus virtudes. Jamás se rendía.

La tarde pronto dio paso a la noche y Sofia se acostó temprano, pues al día siguiente debía levantarse temprano. Pero justo antes de dormir recibió un mensaje de un número desconocido. Sofia lo abrió asustada pero se relajó al ver que era nada más y nada menos que su amiga Laia. En él le decía que pronto volvería a Madrid a hacer una visita, pues ella y su novio, el padre del bebé que llevaba dentro, se mudarían a la ciudad. Pero entonces Sofia recibió otro mensaje desconocido:

<<¿Cómo te va? No te asustes, soy A.M>>

La verdad es que Sofia no tenía ni idea de quién podía ser a esas horas.

<<No sé quién eres>>

<<Oh, venga ya, me conoces de sobra>>

Entonces Sofia cayó en la cuenta de esa A y esa M y del sarcasmo que acompañaba a esa persona allá donde fuera. 

<<Alex Murray. ¿Qué pasa? ¿Hay algún problema? ¿Tengo que volver a la casa?>>

<<Ninguno. Solo quería saber cómo estabas>>

<<Estupendamente. Gracias por preguntar, pero mañana debo levantarme temprano, buenas noches>>

Sofia  no tenía ganas de soportar las ridiculeces que le iba a soltar un Alex que lo mismo estaba ebrio o estaba riéndose de ella, dados los últimos acontecimientos. Por eso apagó el móvil y se echó a dormir.

***

Al día siguiente se levantó temprano, pues Alex pasaría a recogerla para alcanzarla hasta la universidad. Al subirse al coche Vanessa detectó el aire tenso que se respiraba entre su hermano y su reciente amiga. Pero al contrario que en otras ocasiones, decidió no preguntar.

Ya en el campus se reunió con Johnathan y sus amigos, bajo la enfurecida mirada de Alex. No dio tiempo a mucho, puesto que debían marcharse a sus respectivas aulas. Así pasó el tiempo durante una semana, dos y hasta tres. Sofia iba a la universidad, volvía a la residencia, estudiaba bastante y los fines de semana volvía con los Murray a trabajar. De la misma forma que en verano, los domingos libraba.

Sin embargo, no acababa de congeniar con los amigos de Johntahan. A pesar de que al principio les había parecido personas con principios e ideales, Sofia se fue dando cuenta de lo radicales que parecían, puesto que no se atrevía a juzgarlos. El único que se mantenía firme en  protestar y dar su opinión era Johnathan. Resulta que todos eran amigos de la calle desde que eran pequeños y habían acabado todos allí. Sin embargo, la mayoría habían estado detenidos por asuntos de una organización llamada Greenpeace, que defendía el medio ambiente. Sofia creyó que eso no era nada malo, pero esa gente se dedicaba a destrozar las calles y generar jaleo en las manifestaciones para llamar la atención del gobierno. En ese mismo momento se le vino a la cabeza las expresiones de Alex frente a su amigo Johnathan. Aunque, en el fondo, el chico no tuviera nada que ver con ese tema. O eso creía ella.

Poco a poco dejó de juntarse con ellos, solo mantenía contacto con el primo de Laia. Un día, al ir saliendo de la universidad, los escuchó hablar de ella.

—Tío, John, tienes que convencerla. Si la tenemos a ella, en cuanto Alex se la eche encima, él también cae, y junto a él, toda su familia. Tendríamos a los ricos de nuestro lado y ya sabes lo que eso significa, dinero gratis para conseguir lo que queremos.Además, podríamos darle su merecido al pijo ese que se cree...

El peso de la realidad (EPDLR)(#BrightAwards2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora