-Desde aquí, Highway Square, ¿a dónde hay que ir, Daniela?
-Sígueme. Está cerca de Salatari Street. Aunque es muy llamativo, está bastante escondido, por una buena razón, no creas. Allí sólo pueden entrar los socios del casino, y suelen ser muy selectos, así que será difícil entrar.
-Será difícil entrar... por la puerta principal- Dylan sonrió pícaro hacia Daniela, quien respondió con determinación.
Llegaron al principio de Salatari Street y, desde ahí, giraron a la izquierda, hacia Desswoodfall Street.
-Por cierto, ¿por qué el hecho de que dos calles se diferencien por un término?
-Ah, eso. Lo verá cuando llegue. ¡Es precioso! Y de noche, como ahora, ¡aún más!
Dylan confió en ella. Al fin y al cabo, es ella la que vivía allí.
Llegaron allí, y al final de la calle, el profesor comprendió el por qué de aquel nombre: al fondo del todo, justo por encima del casino, se alzaba una falla por la que caía una parte del río. Era precioso ver las excepciones que a veces hacía la naturaleza, y a él que le fascinaba más por su profesión, se quedó atónito ante tal paisaje nocturno.
-Vaya... es...
-Bonito, ¿a que sí? A mi me gusta más incluso que Woodfall Street, aunque es bonita también. Pero bueno, vamos a buscar una entrada trasera o algo por aquí.
-¿Trasera? ¿Por qué?
-Ah, bueno, como usted dijo que...
-Ahora verás de lo que hablo. Si es verdad que al principio pensé en la alternativa de una segunda entrada pero, ahora que he visto el casino, dime; ¿por dónde podemos pasar sin buscar una segunda entrada?
-Em... ¿Ventanas? ¿Puerta principal?
-Puerta principal. Mírala detenidamente.
La dudosa chica miró hacia la grandiosa entrada sin hallar una respuesta: un gran arco formado en la pared de un colorido dorado, con un agente corpulento plantado en medio de ella. Nada sospechoso, al menos de primera vista.
-No veo nada...
-¿Seguro? ¿Has mirado bien?
-Sí, o eso creo.
-Bien, entonces deja que lo solucione yo.
Dylan se acercó a la puerta con normalidad, y el agente no tardó en denegarle el paso con el brazo. Pero entonces, se dió la vuelta, y empezó a caminar hacia atrás hacia la puerta dando un ligero salto antes de pasar al interior. El guarda, al ver este gesto, dejo de obstruir el paso a el profesor.
-La señorita va conmigo.
-Pero, ¿cómo?
-Bueno, digamos que la puerta en sí era un rompecabezas. Estaba bien ornamentada no por parecer bonita, sino que está hecho para que los socios sepan qué hacer para entrar. No se trataba de pasar hacia atrás, sino de distintos pasos que se debían dar con el pie correcto. Concretamente: izquierdo, derecho hacia delante, y derecho, izquierdo, derecho, izquierdo e izquierdo caminando hacia atrás. Si nos fijamos, en el marco aparecen siete números, los mismos que debemos dar para entrar. lo demás se trata sólo de saber hacia dónde apuntan los números, ya que algunos están invertidos.
-Vaya, tiene usted un nivel... Además, ¿cómo supo que era eso justamente lo que tenía que averiguar?
-Bueno, antes de entrar nosotros, tuvimos la fortuita suerte de encontrarnos con un cliente que iba a pasar. Éste se quedó mirando la puerta, y luego noté que hacia unos pasos extraños. Ya sabía que había una parte en la que debíamos caminar hacia atrás, y dar un pequeño salto. Sólo tenía que averiguar una cosa más: cómo hacer cada paso.
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Dylan y El misterio de Dinnamore
Mystery / Thriller" Los hermanos Angelot no son ni vampiros ni brujas, aquí el único culpable de las desapariciones solo puede ser..."