Aviso: Contenido explícito.
// Zara y Noa //
El día de la boda, parte II.
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Zara bailaba con su amiga Lucie, sin pensar demasiado en lo que acababa de pasar hacía unos minutos.
La verdad era que la la chica castaña tenía razón, la celebración iba genial: Carol y Gus habían desaparecido hacía ya un buen rato -Zara no se sorprendería si se hubieran ido a disfrutar de la noche de bodas en aquella enorme suite que ambos compartían.
Disfrutar sin pensar demasiado estaba bien. Noa significaba ya tanto, para ella, que si pensaba en ello tenía la sensación de que se ahogaba.
El número interminable de escenarios y situaciones que recorrían su cabeza no tenía fin, y la ojiazul era conocida por ser una chica de las que no hablan demasiado, pero ¿pensar? Joder, todo el maldito tiempo.
A su mente no la podía callar.
De hecho, solía pensar más que nadie.
Era gracioso porque desde que la vió, hacía unas pocas horas, se dedicaban a robarse miradas como si estuvieran jugando. Noa bailaba con todo el mundo, se divertía con todo el mundo pero a la hora de la verdad, Zara era su foco de atención.
Y la miraba con deseo y picardía. Como si de repente hubieran dado un paso más allá.
Lo único que estaba claro era que si Noa iba a pasar la noche sola -no era probable, pero, hey, quién sabía- Zara no sabría qué hacer con aquél fuego interior que la estaba consumiendo.
Y sí, Noa le había repetido como un centenar de veces que no quería pasar la noche con nadie más que ella.
'Además, ella me besó tantas veces...'
La ojiazul no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar, por eso. Después de todo, su 'chica' iba pavoneándose por ahí con la gente al azar y eso a ella le hacía sentirse incómoda e inquieta. Incluso había hablado con Austin 'el gilipollas' como si nada y...
¡Ugh!
No se lo ponía fácil si cada vez que ella se giraba, la chica castaña la estaba devorando con los ojos. Como si supiera muy bien lo que hacía.
La última vez que se mantuvieron la mirada, sonaba una canción latina en la carpa y Noa bailaba deshinibida, mordiéndose el labio mientras la miraba.
Y Zara decidió que el juego acababa ahí y que era hora de pasar a la acción.
"Joder, estoy hecha polvo..."
Su amiga Lucie asintió. "OH, ¿ya te vas a dormir, entonces? ¿Qué pasa con ser el alma de la fiesta?"
Zara se rió. "Que llevo un mes loco y necesito dormir, eso pasa. Me alegro tanto de verte... Voy a estar un par de semanas más por aquí, te llamaré."
"Más te vale, Van der Miles." Zara rió y dejó a Lucie bailando allí, caminando hacia la salida de la carpa.
Sabía que Noa la estaba mirando, así que realmente deseó que la siguiera, que se fuera con ella.
Y por supuesto que la siguió.
"¿Ya te vas?"
Zara se había encendido un cigarro y se había apoyado en un árbol, y Noa no sabía por qué pero había decidido acercarse a milímetros -quizás era el alcohol, que la envalentonaba. No lo suficiente para estamparla contra el árbol y comerle la boca, que era lo que sin duda quería hacer.
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La Diversión Viste De Rojo 👠
Romance"Y allí estaba ella, Zara Van der Miles, luciendo mi vestido, tan perfecta y preciosa como siempre la imaginé." Porque la diversión iba vestida de rojo, Noa Chamberlain podría decir, y lo haría por y para siempre.