// Noa y Zara //
Miércoles. Día de citas, parte 2.
(11 días para la boda)Zara apoyó sus brazos sobre la blanca baranda de aquella caseta y se dedicó a admirar las vistas de aquél prado, tomando un largo respiro y sonriendo al ver que el sol brillaba en el cielo y todo había salido a pedir de boca.
Joder, aquél lugar era muy agradable y se autofelicitó mentalmente por haber acertado así. El sonido de las aspas de un helicóptero la sacó del trance momentáneo, por eso, y miró hacia arriba para ver cómo aquél vehículo se elevaba en el cielo azul.
No pudo evitar sonreír cuando pensó en el trayecto en coche -en el Toyota verde pistacho-que habían hecho hasta llegar a aquél lugar, en el medio de la nada, y de cómo Noa se había pasado el trayecto jugando con sus dedos en la parte trasera del coche, sabiendo que Gus y Carol no podían verlas ni aunque se girasen porque el bolso de Noa las tapaba.
La manera en la que su pulgar acarició los nudillos de la mano de Zara y ambas compartieron una mirada cómplice y una sonrisa reveladora.
Cuando finalmente llegaron a su destino -paracaidismo, a las afueras de la ciudad- Zara sonrió. Desde luego, Gus siempre había querido hacer aquello y sabía por su mejor amigo que Carol también era una chica fan del riesgo, así que Zara decidió que aquél sería un buen regalo de bodas.
Bueno; el primer regalo de bodas de Zara. El otro tendría que esperar.
Carol ya había cogido vacaciones -por un mes, así que después de la boda aún tendría dos semanas para disfrutar de su luna de miel- y Gus había dejado el restaurante a cargo del otro encargado, así que aquella mañana de miércoles iban a disfrutar de aquella experiencia.
Cuando Zara, Gustavo y Eric eran jóvenes, tenían una especie de lista de deseos o 'cosas a hacer' en la que apuntaban absolutamente todas las mierdas que se les ocurrieran, y una de las primeras cosas que apuntaron fue paracaidismo. Zara ya había tenido el placer de vivir aquello con Eric, como regalo de graduación pero Gus no pudo hacerlo porque estaba en Cuba visitando a su familia. Así que, Zara y Eric le prometieron que algún dia le pagarían un salto en paracaídas, y como Eric parecía no acordarse ni del día en el que había nacido, al final fue Zara la que organizó la actividad.
Allí estaban, once días justo antes de la boda. Zara y Noa llevaban tres días de ensueño.
Era como un jueguecito: robándose besos, echándose miraditas cuando ni Gus ni Caroline estaban pendientes... Y era divertido, super divertido, pero quizás Noa estuviera un poquito preocupada: no había tenido noticias sobre la tan ansiada 'cita' y, joder, no quería que Zara se echara atrás.
"Ugh, somos los siguientes." Noa abrazó a su hermana, que parecía nerviosa por saltar de aquél helicóptero. "Deséame suerte."
"¿En serio te quieres tirar desde ahí arriba? Estás loca."
Carol se rió. "Por suerte no soy tan hipocondríaca como t7. Zara, échale un ojo a la aprehensiva de mi hermanita, por favor." Zara no pudo evitar rodar los ojos y sonreír. Carol estaba pidiéndole que cuidara a Noa, sin tener ni puta idea de que llevaban días besándose y cuidándose. Menuda situación tan bizarra. "¡Bueno, nos vamos ya!"
"Disfrutadlo, chicos." Dijo Zara, con una sonrisa en los labios y cuando el helicóptero empezó a ascender por los aires, no pudo evitar pasar un brazo por la cintura de Noa y acercarla a ella. "Así que hipocondríaca."
"Nah, Carol es así de grandilocuente. En realidad, sólo me dan miedo las alturas."
Zara rió. "Lo sé. ¿Por qué te crees que no salto? Además; el momento es para ellos. He sido una amiga de mierda, ni siquiera conocía a tu hermana hasta hace como dos semanas y, joder, no voy a volver a París y alejarme de todo esto otra vez ni de broma."
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La Diversión Viste De Rojo 👠
Romance"Y allí estaba ella, Zara Van der Miles, luciendo mi vestido, tan perfecta y preciosa como siempre la imaginé." Porque la diversión iba vestida de rojo, Noa Chamberlain podría decir, y lo haría por y para siempre.