Epilogo 2: El dolor de un padre

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-¡Aiko!

Se escucho el grito en una enorme y hermosa mansión blanca.

-¡Aiko Li!

Una muchacha de 15 años corría por el jardín de la mansión dando saltos en el aire como si cada uno de los pasos que daba era parte del aire como si volara y cada vez se elevara más y más.

-Si.- respondió la chica con una mirada inocente a un chico blanco con ojos azules alto y de contextura delgada pero bien formada.

-Deja de saltar y escóndete rápido.- el muchacho se elevó y jaló a la chica de la mano para esconderse detrás de un gran árbol de cerezos.

-Sabes que si mi papá se entera de esto te matara.- pregunta la muchacha inocentemente pero el chico solamente trago pesadamente.

Era demasiado joven para morir.

-Lo sé.- suspiro pesadamente.- solo espero que se lo digan rápido.- con temor vio hacia la entrada de la mansión que daba al jardín con una mirada derrotada.

-Tendrá que aceptarlo.- dijo la castaña besando dulcemente su mejilla.

-Ojala.- el pelinegro tomó su delicada mano.

-¡QUÉ! Se escucho un grito dentro de la mansión lo que asusto a los jóvenes.

En especial al muchacho.

-Aquí vamos.- dijo el suspirando mientras que a la chica le salía una pequeña gota en la cabeza.

-¡NUNCA PERMITIRE ESO! La voz del actual líder del clan Li se escuchaba por toda la casa.

-Syaoran cálmate.- se escucho la voz de Eriol.

-NO, SIMPLEMENTE ME NIEGO.- Syaoran salía de la mansión.

-Cariño cálmate.- la castaña lo tomo del brazo logrando que se detuviera.

-Uff.- suspiro el castaño.- cálmate Syaoran.- se dijo para sí mismo.- Kaname Hiraguizawa sal ahora mismo.- grito el castaño un "poco" más calmado.

-Kaname sal.- Aiko lo empujó.

-No.- dijo el aferrándose al árbol.- tu padre me matara.- dijo con miedo en la voz.

-Solo sal.- dijo ella logrando que saliera y Syaoran lo fulmino con la mirada.

Judas.

-Me explicarías eso de que besaste a mi hija.- Syaoran se puso delante de él mostrandolo la gran diferencia que tenían los dos.

Kaname trago nervioso.

Syaoran lo agarro del cuello de su camisa.

-Si señor.- el muchacho no aparto la vista a pesar de que su cuerpo temblaba.

-Como te atreviste.- le grito Syaoran.

-Syaoran suelta a mi hijo ahora mismo.- Syaoran se tenso y Kaname suspiro aliviado.

Llego su heroína.

-Mamá.- dijo Kaname sonriendo triunfante y Syaoran temió por su vida.

-Tomoyo.- Syaoran se puso nervioso dándose la vuelta para verla de frente, en verdad que las mujeres asustan.

En especial la señora Hiraguizawa.

-No tiendo de que te quejas por un simple beso en la mejilla.- Tomoyo se puso junto a su hijo que asentía con la cabeza.

-Nadie toca a mi hija.- iba a continuar con su discurso pero la fulminante mirada de Tomoyo lo silencio.

-Hijo.- dijo viendo a su segundo hijo y el asistió con la cabeza.

PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora