La profesora seguía leyendo y leyendo, pero nadie la escuchaba.
Ella era muda. Sus alumnos, sordos.
La hora de lectura
La profesora seguía leyendo y leyendo, pero nadie la escuchaba.
Ella era muda. Sus alumnos, sordos.
La profesora seguía leyendo y leyendo, pero nadie la escuchaba.
Ella era muda. Sus alumnos, sordos.