-¡Sí!, el viaje en el tiempo ha funcionado -dijo él mientras veía vendedores de velas caminando por allí, a gauchos y paisanas bailando una chacarera-. Estoy en 1810.
A lo lejos, al lado de una lavandera había un cartel al que él no le prestó atención: "Festival del 25 de mayo. Traer vestimenta típica"