La chica de la loteria

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-Ya por favor. No puedo más.

Claudia se deja caer sobre la cama, arrugando en el proceso la enorme pila de papeles que tiene en frente.

-No, vamos... un poco más.

-No quiero seguir estudiando.

Suspiro con resignación, me levanto del piso en el que he estado sentada y me pongo a su lado.

-Vale, paremos por hoy.

Claudia enérgica se pone recta y comienza a aplaudir.

-¿No que estabas cansada? Si te quedan ánimos podemos estudiar un poco más.

El rostro de mi mejor amiga se queda pálido por unos segundos, hasta que comienzo a reírme de ella.

-Eres cruel...

Dice riéndose conmigo y pegándome con una almohada.

Extrañaba mucho verla reír. Hace tiempo que no la veía hacerlo.

-¿Crees que nos vaya bien en nuestro SAT?

Sonrío para mi mejor amiga al darme cuenta de lo ansiosa que se encuentra.

-Para eso estamos estudiando.

Veo como vuelve a respirar normalmente y paso mi mano por su espalda.

-Traquila... ya hemos estudiado la mayoría del material. Para este viernes tendremos todo listo, tomaremos el examen el lunes y nos irá excelente.

Claudia asiente, se levanta de la cama y comienza a recoger sus cosas.

-¿Te vas tan pronto?

Digo tan ansiosa como ella hace unos segundos.

No me quiero quedar sola en está casa; Últimamente no hay nadie en ella y estos inmensos pasillos me dan la sensación de que alguien me asechara, como en las películas de terror.

-Pues si. Mamá quiere que le ayude a comprar algunas cosas para redecorar la casa.

-¿De nuevo?

Digo con impresión.

-Si, esta vez tiene un motivo y todo... el Feng Shui.

Claudia hace un gesto de fastidio y yo me río de ella.

-Deja de reírte Sofi. Estoy segura de que solo lo hace para vigilarme. Ya me tiene cansada con sus actividades madre e hija.

-Solo lo hace porque se preocupa por ti.

Claudia se pone su bolso en el hombro y comienza a caminar hasta la puerta de mi habitación.

-Si quieres puedes venir conmigo.

Lo pienso un poco y tras darme cuenta de que lo más seguro es que pasaría todo el rato viendo como ambas se sumergen en extrañas conversaciones donde el azul, el índigo y el magenta toman protagonismo y se vuelven foco de discusión, mientras yo ruego porque las horas pasen rápido, niego rotundamente con la cabeza.

Para mí ese podría ser el perfecto final de una película de terror.

-Paso...

Digo decidida mientras me levanto para acompañarla, pero al momento de hacerlo mi celular suena anunciándome que me ha llegado un mensaje; Sin pensarlo voy corriendo a verlo, con una sonrisa disimulada respondo y vuelvo a poner el movil donde lo había dejado para prestarle atención a Claudia, quien me mira con sospecha y brazos cruzados.

Comprometida con Adam [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora