Boda (capitulo final)

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Estoy parada detrás de la puerta de cristal que me separa del lugar de la boda. Las personas que se encuentran sentadas en las sillas que está mañana vi vacías no pueden verme, pero yo sí puedo verlos a ellos, sonrientes, esperando por la novia feliz que está a punto de salir a casarse.

Sacudo mis manos de arriba a bajo mientras miro quienes se encuentran a mi alrededor. En el proceso veo a claudia arreglando su peinado delante de un espejo y a un par de pequeños primos corriendo tratando de alcanzarse el uno al otro – son los únicos que me acompañarán en mi caminata, decidí que solo ellos y mi mejor amiga vendrían conmigo. Ya he tenido demasiadas hipocresía como para agregar más personas – miro a otro lado y veo a mi madre hablando calmadamente con Marie y a mi padre mirarme con ojos fijos desde una silla. Sé que me está reprochando; Me está pidiendo que no siga adelante, pero lo ignoro.

Él fue quien me metió en todo esto y ahora se ve arrepentido.

¿Quién entiende a la gente?

-¿Quieres una menta? Eso calma los nervios.

Dice Claudia pasándome un redondo dulce que cojo en manos y comienzo a abrir en silencio.

-¿Necesitas algo?

Pregunta mi mejor amiga con cautela.

-Si... que este día acabe.

Claudia pasa su mano por mi brazo sin decir nada, a lo que yo la miro cansada poniendo la menta en mi boca.

Odio sentirme tan ansiosa.

De un momento a otra la organizadora comienza a poner en fila a las personas. Claudia se aleja de mi con su vestido color champan y se pone tras mis cuatro primos que llevan canastas llenas de flores. Mi padre se pone a mi lado arreglando su corbata y mi madre se acerca con un enorme ramo de rosas rojas, lo tomo mirándola a los ojos y por primera vez en meses la veo actuar como antes de que todo esto se desatara.

-Agrarralo fuerte hija. No lo vayas a dejar caer.

Dice con voz dulce refiriéndose al ramo que entre ambas estamos sosteniendo.

-Lo tengo.

Le respondo con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa. Mi padre me mira sonriente cuando mamá se aleja y se acerca a mi oido a modo de secreto.

-Hable con ella. Prometió tomarse sus pastillas.

Tomo el brazo de mi padre y recuesto mi cabeza en su hombro.

-Me alegro.

-No tienes que hacer esto Keyla.

Alejo mi cabeza de su hombro y lo miro a los ojos decidida.

-Los Clark somos de palabra padre, no romperé la mía.

Papá tarda unos segundos en entender mis palabras y cuando lo hace asiente con la cabeza aceptando mi decisión final.

Empiezo a escuchar música desde la parte de afuera, no la marcha nupcial a la que todos están acostumbrados, sino, una melodía suave y delicada que la misma Marie había escogido para este momento, con la hermosa voz de una mujer entonando en vivo la canción de "a thousad years".

Cierro mis ojos cuando la fila del cortejo comienza a moverse y sostengo más mi brazo al de mi padre por miedo a resbalar y caer, o peor aún, de salir corriendo.

Cuando mis pies tocan la fina pasarela ya las personas tienen su vista puesta en mi; me miran con impresión y admiran mi largo vestido con detalles de encaje en su enorme falda, delicadas piedras en la cinturilla y espalda escotada. Siento como mi largo pelo peinado en perfectas ondas controladas roza mi piel desnuda en la parte trasera y como acto reflejo toco la elaborada trenza que se encuentra envuelta en mi cabeza.

Comprometida con Adam [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora