Salvajes

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Capítulo megalargo! Dedicado a mi hermosa hermana JasminGonzalez2 , porque... porque... ay!!! Pues porque si, porque la amo y siempre está ahí para apoyarme.

Ahora sí, continúen con su lectura.

Gracias por leer!!

No se olviden de comentar y votar.

😘

***

-Keyla... vamos, sabes que si te ocultas será peor.

Escucho a mi madre llamarme desde el pasillo y aprieto los ojos con fuerza, no quiero que me encuentre, pero lo más probable es que lo haga, siempre que me escondo es igual. Ella busca en cada lugar de la casa hasta dar conmigo y cuando me descubre me hace pagar por hacerla perder el tiempo.

He usado cada rincón de nuestra vivienda y siempre me atrapa. Esta vez mi refugio se encuentra en su propio closet, detrás de los finos abrigos de marca que utiliza cuando tiene una fiestas  o reunión importante.

Hasta ahora ha sido el lugar más acertado, ha tardado al rededor de treinta minutos en encontrarme y eso es prácticamente un logro.

Sus pies pisan la lujosa madera de la habitación, tapo mi boca reprimiendo un sollozo que emerge desde mi garganta, siento mis ojos gotear sin control y el corazón  acelerarse, ya no tengo dominio de mi respiración.

-¿Donde estas pequeña?

"Que no me encuentre por favor".

Veo como se mueven las prendas que se encuentra en frente de donde me encuentro escondida por una rendija que me deja uno de los abrigos. Otro sollozo emerge de mis labios. Las manos de mamá paran de revolotear en la ropa del otro lado del closet y se voltea con impresión. Sus ojos se extienden como un fino hilo con expresión aterrorizante.

Intentó ocultarme más en mi lugar, pero solo logró hacer ruido a mi alrededor.

-¿Sabes por qué siempre te encuentro? –Dice mientras da pequeños pasos torturosos hasta mi improvisado escondite – Porque nunca sabes cómo ser lo suficientemente silenciosa.

Los abrigos a mi alrededor se mueven y dan paso a una luz radiante, cegadora; cubro mis ojos con mi ante brazo decidida a no ver los de mi castigadora y siento como alguien me habla desde lejos.

-Key, vamos despierta... joder.

Las palabras de frustración de Adam me traen al presente, solo que en este momento no soy consciente de que es él, lo que provoca que me retuerza e intente alejarme de sus cálidos brazos.

-Hey, soy yo... tranquila.

Dejo de moverme en mi lugar con desesperación y observo bien donde me encuentro. Por un momento no recuerdo cómo llegué aquí, hasta que de un zampado llega a mi memoria.

Adam y yo nos hemos perdido un treinta y uno de diciembre y a juzgar por la luz que inunda la pequeña cabaña ya ha amanecido.

Cierro los ojos mientras suspiro sonoramente, los brazos de Adam siguen abrazándome desde la espalda y me doy cuenta de que estoy entre sus piernas.

Comprometida con Adam [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora