Capítulo 19

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Ashley Marshall.

La chica que marco de su territorio a Ian, la chica que estaba celosa de que yo fuera su amiga y por eso me enfrentó, la chica popular y plástica que no le importaba nada ni nadie y que dijo que yo las pagaría. Esa chica estaba caminando a solo unos pocos metros de mi anatomía con su séquito de zorras siguiéndole todos sus pasos de tacón.

Suelto el aire con rabia y con ganas de querer lanzarme sobre ella y matarla pero había un maldito problema y mi Pepe Grillo me lo estaba remarcando y diciendo a gritos y era que no sabía con certeza si fue ella la de las bromas de muy mal gusto, no tenía ninguna prueba para incriminarla pero eso en este momento no me importa ni me basta para que no me las pague una por una, como las ruedas de mi coche.

Gire sobre mis talones y quite sin cuidado los vidrios que calleron en el asiento y parte del piso del auto. Estaba enojada, más que eso tenía bronca e impotencia por lo que había pasado. Respira Mel.. Cuenta hasta diez, vamos cuenta, esas clases de yoga y reiki debieron servirte de algo, vamos. Cierro mis ojos y me recuesto en el asiento del piloto con las manos apretadas en el volante.

1..

Mi alarma no sonó, otra vez.

2..

Mi desayuno se quemo.

3..

El profesor de filosofía no vino pero dejo tarea evaluatoria para entregar en el momento.

4..

El libro de historia no entraba en el casillero.

5..

Me amenazaron en una nota.

6..

Luke me roba un jodido beso.

7..

Beka me obliga a ir a una maldita fiesta.

8..

Mi última clase tuve un exámen sorpresa.

9..

Me rompieron mi intocable auto, y ya no puedo con esta basura de día.

10..

Se arruinaron mis planes de hoy.

Golpeo el volante con mis manos cabreada y suspiro resignada. Ya había llamado a una grúa y estaba esperando a que llegaran para que llevaran el auto a un mecánico y pudieran arreglar esto. Solo necesitaba esperar con pacienciencia, calma y despejar mi mente de cualquier cosa que este mal hoy, sí, solo necesito es..

— Hola preciosa ¿lindo día, no?.

Abro mis ojos lentamente y vuelvo a apretar el volante al escuchar su voz ¿era una broma su ironía? Claro que no.

— Piérdete Ian.

— Levanta tu hermoso trasero Hills, hoy te toca entrenamiento.

— ¿Qué no escuchas? No pienso irme de aquí.

Sus ojos me miran y yo observo los suyos con la misma seriedad.

— ¿Acaso tu estas sorda? me importa un carajo, vamonos.

Cierro mis ojos nuevamente ignorando su presencia.

— Largo, no estoy para tus idioteces hoy.

— Esta bien, esta bien -su labio forma una linea y se aleja un poco de la ventanilla rota del auto. Sonrió mentalmente al haber conseguido lo que quería.- Lo haremos por las malas.

Jugando con Fuego🔥[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora