Capítulo 18.

4.9K 479 62
                                    


Taemin no estaba seguro de si las personas se podían olvidar, porque él no lo había hecho, todavía recordaba a Min Ho y la relación que tuvieron, pero ahora se sentía que ya superó la ruptura de esa relación que tuvieron, ya no dolía recordar el tiempo que estuvieron juntos como lo hacía en el pasado, porque ahora recordar a Min Ho y su relación era como él quiso, guardó las cosas buenas para él y aprendió de sus errores y ahora casi dos años y medio después de la ruptura sentía que podía ver su vida hacia adelante con un gran futuro, sin llorar en las noches porque su relación terminó y sin culparse como culpable para que eso sucediera porque durante un tiempo en silencio lo hizo, se culpó de que la relación terminara pero al final se dio cuenta que no era sólo su error, sino que Min Ho tampoco colaboró para que su relación progresara.

Suspiró aburrido mientras jugaba con un lápiz de los que habían en su escritorio, cerca de un año atrás había iniciado a trabajar una empresa en donde él estaba encargado del área administrativa, y hubiera sido más fácil trabajar directamente con su padre, pero quería tener sus propios logros antes de estar relacionado con el negocio familiar, y sus padres no se habían opuesto a lo que él quería, y eso era algo con lo que estaba agradecido porque no se imaginaba con ellos queriendo dirigir su vida, siempre le habían dado la libertad como para que ahora a sus casi veintiséis años quisieran hacerlo, pero él sabía que al final esa libertad no sería para siempre porque en algún momento tendría que hacerse cargo de la empresa familiar, su padre se lo había dicho algunas veces aunque tampoco le estaba obligando a que se uniera a su empresa desde ese momento.

La puerta de su oficina fue golpeada y luego de que él diera el permiso de que podían entrar la vio abrirse, y una pequeña sonrisa se formó en sus labios haciendo que detuviera su mano que jugaba con el lápiz y lo dejara sobre el escritorio.

—Hola —saludó sentándose correctamente.

Sin embargo vio a la persona avanzar rodeando el escritorio hasta que estuvo a su lado, y él sólo empujó un poco su silla un poco sin tener la oportunidad de levantarse cuando ya tuvo a la persona inclinada sobre él dejando un casto beso en sus labios y un café frente a él, que hizo que su sonrisa se ampliara todavía más y murmurara un "gracias".

—Ésta mañana te fuiste sin desayunar.

Mordió su labio inferior por el tono que había sido usado porque sabía que era un regaño a que no hubiera desayunado esa mañana con la excusa que tenía que trabajo pendiente del día anterior y se le había hecho demasiado tarde como para tener tiempo de preparar su desayuno, y pudo haber comprado algo de camino a la empresa pero no pudo hacerlo, o mejor dicho, no quiso hacerlo, porque no tenía hambre, ni siquiera en ese momento tenía hambre, lo que causó que se ganara demasiados regaños no sólo por el hombre que acababa de sentarse frente a él, sino también por sus amigos porque había tomado el mal hábito de no desayunar.

—Se me hacía tarde.

—Sabes que es malo, el doctor dijo...

Hizo una mueca por lo que sabía que venía, y era que el médico había dicho que si seguía con ese mal hábito de saltarse las comidas podía desarrollar alguna gastritis y por eso parecía que todos estaban cuidando de su salud más de lo que él mismo podía hacerlo.

—Sé lo que dijo el doctor Sok Min, pero de verdad no tenía hambre —tomó el vaso de café que fue dejado en su escritorio y bebió un poco —y si quieres cuidar de mi salud no deberías comprarme café, no es bueno si existe la posibilidad de una gastritis.

—Pero te gusta el café.

Sonrió por lo que dijo porque era verdad, era una nueva adicción que había creado desde que empezó a trabajar, y así como a los pastelillos que vio a Sok Min sacar de una bolsa de papel de las típicas que le eran dadas en una cafetería que quedaba cerca a la oficina, incluso podía reconocer el logo, y sus amigos le habían llamado "consentido" porque Sok Min no parecía molestarse al tener que comprarle aquello casi todos los días que salía sin desayunar del apartamento que compartían.

Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora