Capitulo Dieciocho

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Narra Marcos:

-Señora Lowest-grito la muchacha,agitada, mientras descendía con brusquedad las escaleras.

-Eliana! Querida,que te ocurrió?- le preguntó la mujer a la adolescente que apenas tocó el último peldaño se abalanzó a sus brazos.

Las heridas que presentaba la misma me llamaron la atención, por lo que pedí permiso para examinarla. Sus muñecas lucían como si hubieran estado atadas al igual que su cara, que presentaba una marca a la altura de la boca.
Se me ocurrían un montón de preguntas para hacerle,que pudieran darle un poco de luz a esto. Pero me conformaba con oír la conversación que tenían ellas,mientras yo analizaba las heridas visibles.

-Donde están Diego y Pilar,querida?- preguntaba la señora Lowest desesperada

-No lo se,Reina-al parecer ese era el nombre de pila de la mujer,porque la joven la llamo así reiteradas veces- juro que no lo sé. Estábamos en la sala, y algo me arrastro a la oscuridad sujeta de mis pies... Perdí el conocimiento-dijo apenada, mientras las lágrimas comenzaban a brotar.-luego desperté y ya estaba atada,no se cuanto tiempo paso,creo que me dormí, y cuando volví a abrir los ojos ya no estaba atada,me saque la cinta de mi boca y baje y estaban ustedes aquí- dijo por último, lanzando una mirada triste y agotada.

Me miro por sobre el hombro de la señora Lowest que aun la mantenía abrazada y la misma se giro hacia mi.

-El es el ex comisario del condado. Y padre de Alex-hizo una pausa- conoces al muchacho? El estaba aquí con ustedes?- preguntó la mujer.

La muchacha se soltó de los brazos de Reina y camino hacia mi.
-Señor...-dijo mirándome a los ojos,ya frente a mi- su hijo estaba con nosotros; de hecho...-vi como tragaba saliva aprontandose para lo que me iba a decir.
Las lágrimas ya corrían nuevamente por sus mejillas
- Estamos aquí por que Bruno y Diego quisieron hacerle una broma a él... Eliana y yo estuvimos de acuerdo. Pensamos que era inofensiva. Y engatuzamos a pilar para que nos ayude. Ya que sabíamos que ella no estaría de acuerdo si sabia la verdad...lo siento,juro que de verdad lo siento-culminó en un llanto desesperado, esperando mi perdón.

Mis puños se apretaron,estaba furioso. Pero eran sólo adolescentes y una simple broma,que iban a imaginar ellos que esto iba a pasar? De hecho ellos estaban....perdidos... Quizás muertos como mi hijo. Mientras pensaba esto la sangre se me congelaba. El hecho de solo pensar que no volvería a ver mas a mi hijo me estaba matando. Tenia que buscar una solución inmediata. El presentarnos ante el actual comisario hablando de algo paranormal no nos ayudaría pero pensaría en algo de camino a la estación de policía. Así que las mire y dije:
-Tenemos que salir de aquí. Y pedir ayuda, ahora si tenemos pruebas.- dije mirando a Reina. Quien asintió- No trataremos el asunto de manera espiritual, eso dificultaría las cosas. Solo debemos presentar las pruebas de que la muchacha estuvo aquí retenida a la fuerza y que la policía lo investigue como le plazca. Mientras nosotros con una orden y ayuda haremos lo nuestro- culmine empujando a las dos mujeres a la salida.
Esta vez sin interrupciones logramos salir. Una vez fuera montamos el coche y sin perder mas tiempo,lo puse en marcha...

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