Capitulo Diecisiete

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Narra la sra. Lowest

Una vez frente a la puerta,espere alguna señal de Marcos.
Supuse que habría que franquear la entrada,por lo que me sorprendí al ver al inspector mover suavemente el pestillo,al tiempo que la puerta se abría frente a mis ojos.

-Entremos-me dijo en un susurro.

Así que lo seguí cautelosamente. Una vez dentro comencé a mover la linterna que llevaba en mi mano,para iluminar cada rincón, a diferencia de mi que utilizaba una vista mas panorámica, Marcos, decidió caminar y ver minuciosamente por cada rincón.
Llevábamos escasos minutos ahí, yo solo iluminaba para varios lados al azar,contabilizando puertas,pensando cual abrir primero, cuando Marcos habló.

-El sebo de los candelabros aun esta tibio -dijo

Dirigí mi vista hacia el mientras me acercaba iluminándolo.
Estaba parado bajo uno de los candelabros quitándose lo que parecía ser sebo que había quedado pegado a sus dedos.
Al verme ya a unos cortos pasos de él continuó.
-Alguien estuvo aquí...hasta no hace mucho
Toque el candelabro para corroborar lo que el decía,y notando que la chapa aun seguía caliente le dije
-Crees que pueden ser ellos?
-No lo se- susurro negando con su cabeza.
-Deberíamos gritar sus nombres, abrir todas las puertas,recorrer toda la casa...-propuse nerviosa.
-Si,comencemos a recorrerla- afirmó en un hilo de voz.

Camine hasta la escalera que había en el centro de la sala,y en ese momento comencé a notar algo raro en la atmósfera de la casa,algo que me hacia rogar  que mis hijos no se hallasen ahí.
Seguí caminando unos pasos más, hasta que choque con algo en el suelo, que casi me hace rodar. Maldije en voz alta mientras el padre de Alex me apuntaba con su linterna y preguntaba si me encontraba bien. Asenti con mi cabeza y acto seguido ilumine al piso, para ver con que había tropezado.
Me agache al ver una caja de madera, y me dispuse a tocarla para tratar de descifrar que era.
-No la toques!-me grito Marcos antes de que pudiera sostener la caja en mis manos, mientras corría hacia mí.
Una vez a mi lado saco un guante de látex y la voltio con cuidado de no estropearla para ver el dorso.
-Es una ouija...-dijo con voz
temblorosa

-No puede ser-dije- Pilar jamás jugaría a ese juego

El detective me miró  y volvió a bajar la cabeza.
-Son adolescentes, nada es imposible -susurro

-Alex!!! Estas aquí??- grito varias veces,sin obtener respuesta.
Lo mismo hice yo y con cada vez que nombraba a mis hijos mi desesperación crecía un poco más.
Lo vi aproximarse nuevamente a los ventanales y observar la escena en completo silencio.
-Que ocurre?- pregunté al ver que no decía nada.
-Lo mismo que aquella vez-dijo- las ventanas rotas de dentro hacia afueras -posó su mano en el cristal y me miro-con estas pruebas de sangre tal vez podamos conseguir una orden- fue lo ultimo que dijo. Mientras oía sus palabras sentía el aire aprisionarse en mi pecho sin ser capaz de expulsarlo. Sabía lo que el estaba pensando...
-Debemos irnos-soltó
-Y los chicos? Que hay con ellos?
-Tranquila,vendremos por ellos si es que están aquí los encontraremos....

No pudo terminar sus palabras, un grito seguido de la respiración agitada y los pasos apresurados de alguien descendiendo por las escaleras lo detuvieron y nos hicieron sobresaltar....

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