¡El encuentro!

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Sigiloso me acerco a la habitación de donde claramente puedo escuchar la voz de Sofía y de Zara, su madre que imitan las voces de niños, me quedo inmóvil en el umbral de la puerta sin atreverme a abrirla de par en par porque se encuentra entre abierta.

Por una extraña razón, estoy nervioso y mi corazón corre acelerado.

De pronto escuchar la voz del tal Patrick desencadena mis miedos y el profundo rechazo que me produce escucharlo cerca de mi mujer.

Sin pensarlo con la mano en el pomo empujo la puerta.

Entré en una sala desordenada con muchos juguetes, pero no fue en eso que mi mirada se posó, ni en las miradas atónitas de Sofía o su madre, o la mirada punzante de Patrick.

Mi corazón dio un vuelco y mis pulsaciones iban a mil por minuto. Eran las miradas tiernas de esas dos niñas que me escudriñan con curiosidad, mis ojos van de una a la otra intermitentemente, estoy alucinando, perplejo... era como mirarme a mí mismo, y no podía dar crédito a esta maravilla que está frente a mí.

No sé qué pasó, pero No lloré. Creí que lo haría pero no lo hice. Noté un ligero humedecimiento, pero no lo suficiente como para crear una lágrima. Y un nudo en la garganta con miles de preguntas... Entonces los recuerdos de esa primera vez que estuve con Sofía llegaban uno tras otro a mi memoria. Era fácil deducir que estas niñas podían ser mis hijas y adoraba la idea que hubiesen nacido de ella y estaba feliz de poder estar frente a ellas.

Llego al piso y no supe cómo, pero ahí estaba arrodillado, embelesado sin poder hablar. Me miraban en silencio y yo no tenía vista sino para ellas. Sentía que las amaba de hacía mucho y que eran mías... Y puedo asegurar que es la forma de amor más pura que jamás experimenté y solo puedo sentir como se me hincha el corazón y solo deseaba abrazarlas. No alcanzaba a descifrar ninguna de mis emociones, era como una ola de sentimientos incontrolables: amor, miedo, felicidad, ternura, temor, alegría. Eran unas ganas infinitas de agradecerle a la vida por este milagro, que repites en el silencio de tu interior.

Sofía se queda a mi lado, nerviosa puedo notarlo: pero su madre se incorpora levantándose del piso, que lejos de apartarme de las niñas le pedía a Patrick que saliera con ella de la habitación.

Aunque él no sabía que sucedía asedio a salir y pasa desafiándome con la mirada pero no tengo ojos para mirarlo, mi retina se deleita con la hermosa visión.

Supe que lo más maravilloso del mundo me estaba sucediendo y fue entonces cuando vino una de ellas hacia mí ofreciéndome una muñeca que sostenía en las manos, la tome y entonces me sonrió con ternura y timidez y no pude contenerme y la abrace y ella respondió a mi abrazo su delicioso olor a bebe lleno mi nariz y cerré los ojos sintiendo el tierno abrazo de mi niña con sus bracitos que apenas rodeaban mi cuello, luego se acercó la otra, y sin poder contenerme lloré al verla abrazarme tambien, Sofía me miraba sorprendida, las lágrimas que caían por mi rostro no eran fruto del miedo o la duda, sino de la más absoluta felicidad.

Estaba abrazando a mis hijas...

Ellas eran hermosas, perfectas y en ese momento en que las vi por primera vez, supe que mi vida nunca sería igual. Que mi vida estaba completa con ellas y la mujer que amo como a nadie en el mundo, y me sentí la persona más afortunada Y es fácil también vislumbrar que ni el dinero, ni la cultura, ni la educación pueden hacer distinciones ante semejante espectáculo y que ni la fortuna más grande o el lujo más exorbitante que pueda darme el dinero pueden superar esto y que no existe nada más extraordinario en tu mundo.

Es una emoción maravillosamente abrumadora que existe y ese olor a bebe que jamás olvidaré...

La voz de Sofía vacilante y temblorosa me hace separarme de ellas.

LA MAGIA DE SOFIA  #GBA 18K #NEW CREATIVE STARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora