I'M A TEENAGER!

CAPÍTULO 14. -LA ODIOSA LLAMADA... PARTE ll

Capítulo 14. –La odiosa llamada... PARTE ll

Al despertar, Erik seguía sin llamarme… ¿dónde se habría metido? Como que en mi casa no quería estar, almorcé un par de galletas y me fui a dar un paseo.

Mientras salía de mi casa, escuché a alguien que me llamaba, y cuando me giré, ahí estaba Reick.

-Jannette! –gritó.

-Anda hola! –Le dije mientras le dedicaba una sonrisa.

-¿Dónde vas? –Me preguntó.

-A dar una vuelta por el centro de California.

-Vaya, yo también, ¿te importa que te acompañe? –Me preguntó.

-Para nada! –Le dije.

Estuvimos paseando por la playa y demás y luego nos sentamos a la sombra, en California aún hacía calor.

Nos fuimos contando cosas y mientras yo le estaba contando algo me besó. Me quedé sin palabras, y volvió a besarme, pero esta vez fue un beso mucho más largo, pero me separé.

-Jannette, yo te quiero… -Dijo él.

-Mira… Reick… estás muy equivocado… yo… yo… -No sabía que decirle.

-Jannette, podemos darnos una oportunidad. Desde el día que te vi que me enamoré de ti! –Contestó él.

-Reick, ¡escúchame! –Le grité. –Tengo ya una relación!

-Vaya… y quién es el hijo de puta ese? –Contestó él.

-Primero, no es ningún hijo… -Alguien me interrumpió.

-Aquí está el hijo de puta que buscabas! -¡Era Erik!

-¡Erik! ¿Qué haces aquí? Puedo explicártelo todo, enserio, no es lo que parece… -Intenté decirle.

-Tranquila que ya lo vi todo. –Contestó.

-¿Con qué eres tú el hijo de puta que está saliendo con ella? –Dijo Reick.

-Si tienes algún problema me lo dices a la cara, y si tengo que hacerte una cara nueva te la haré. –Dijo mientras lo cogía de la camiseta.

-¡Qué me sueltes! –Dijo intentando apartar la mano de Erik.

De repente Erik lo lanzó al suelo, me cogió de la cadera y me empezó a besar.

Reick se levantó y se fue corriendo mientras gritaba “¡Me las pagareis, los dos!”

-¡Huye cobarde! –Gritó Erik mientras se reía.

-¿Qué haces aquí? –Le pregunté.

-Nada, que decidí pasar las navidades contigo.

-Genial, no sé que haría sin ti… -Le dije.

-¿Te ocurre algo? Te veo muy desanimada… -Me dijo cogiéndome de la barbilla para que le mirase a los ojos.

-Ah no nada… estoy bien. –Mentí.

-Jannette, a mi no me mientes, dime que te pasa. –Me exigió agarrándome de los dos brazos.

-No tranquilo, no es nada importante. –Dije apartándole y caminando hacia delante.

Me agarró del brazo para que estuviéramos cara a cara y empezó a besarme apasionadamente.

-AHORA! Cuéntamelo! –Exigió.

-Está bien, pero sentémonos. –Dije yo. Nos sentamos en unos bancos y se lo fui contando.