En casa

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Habían pasado días, semanas para ser más preciso, desde aquel día en el que la pobre Hinata quedo con el corazón acelerado, ganando así, más confianza y valor para poder confesar aquello que tanto había querido decirle al rubio Uzumaki hace tantos años. Aquel día había sido especial para ambos, pero desafortunadamente, y en especial para el escandaloso Uzumaki, desde aquel día Hinata y Naruto no habían podido pasar mas tiempo juntos, con exámenes y trabajos de por medio, todo se limitaba a un "Hola" y el rubio estaba desesperado, sin embargo no podía hacer mucho, necesitaba concentrarse en sus exámenes y entregar a tiempo sus trabajos, no quería recibir las reprimendas de su madre, pero especialmente, no quería perder más tiempo en la escuela para poder salvar el año, pues significaría no ver a Hinata.

Era todo un reto para Naruto mantenerse concentrado, pero a pesar de sufrir por algunos días, era mejor que sufrir por meses sin ver a la ojiperla, sumando los regaños constantes por parte de su madre, realmente estaba motivado. La semana terminaba y el fin de semana estaría libre de cualquier compromiso escolar, la semana de trabajos y exámenes había terminado, por ello pensó que seria buena idea invitar a la ojiperla a salir, pero se llevó una gran decepción, pues la ojiperla rechazo su invitación, disculpándose infinitas veces, pero no por ello dejo de ser doloroso, no entendía que podría ser tan importante para no tener aunque sea un rato libre en ese par de días, no pedia mucho, al menos podían verse un pequeño tiempo sin que se vean afectados los compromisos de la ojiperla, pero no consiguió nada. La idea de que la ojiperla estuviese evitandolo paso por su mente, pero se negaba ante ello, es decir, no había hecho nada malo para que ella quisiera hacerlo, no merecía tal crueldad. Simplemente nada encajaba y estaba frustrado por no saber nada.

Pero lo que no recordaba el Uzumaki era que su cumpleaños era en un par de días, por ello, la ojiperla declinó a su invitación, pues tenía el fin de semana para planear una fiesta sorpresa junto a Sakura e Ino, pues Kushina, la madre del rubio, les pidió ayuda, con lo fisgón que era su hijo, pronto terminaría por darse cuenta si ella llevaba a cabo los preparativos.

Kushina agradecía que las chicas estuvieran dispuestas a ayudar, quería hacer algo especial, pues era consciente de que su hijo la había pasado muy mal y completamente solo hace años cuando tuvieron que dejar Konoha, su pequeño rubio no había tenido un buen recuerdo en su día especial. Ahora agradecía que sus amigos estuvieran con él, así que tenia la sensación de que su cumpleaños número 18 iba a ser un día memorable.

*****

El tan esperado fin de semana había llegado, muchos tan solo querían descansar en sus hogares después del estrés escolar, mientras otros aprovechaban para salir y despejarse un poco. Por otro lado, Naruto se encontraba en su habitación, ya era más de medio día y no sabía que hacer, había planeado salir con Hinata y estaba tan convencido de que ella aceptaría, que ahora prácticamente después de ser rechazado, no encontraba algo que hacer. Desesperado por buscar compañía, intento ir a ver a su mejor amigo, sin embargo, el Uchiha no se canso de restregar le el hecho de que él tenia novia y estaba muy ocupado, eso había sido un golpe bajo.

Sin embargo, el rubio ya no soportaría más tiempo las burlas de su amigo, pues ya tenia en mente una candidata para hacerla su novia y aunque sentía que no era suficiente para ella, se esforzaria por demostrarle cada día lo mucho que ella valía para él, Hinata Hyuga era la primera y única candidata en su lista. Aunque ya tenia planeado hablar con ella y tener otra cita más, poder confesarse para al fin gritar a los cuatro vientos que su novia era Hinata Hyuga, su plan se vio suspendido, lo cual, lo tenia destrozado, para él ya había sido suficiente el pasar tanto tiempo sin verla y ahora ella no quería verlo.

Frustrado e irritado con la injusticia que vivía, el rubio se levantó de su cama, necesitaba comer algo para mejorar su humor, aun en pijama se dirigió a la cocina, para que se molestaba en cambiarse, no tenia caso.
Una vez en la cocina, se dispuso a buscar su Ramen instantáneo, nunca fallaba para animarlo y lo mejor era que en sólo unos minutos su felicidad instantánea estaría lista. Antes de que pudiera obtener el primer bocado, el timbre resonó por toda la casa, fastidiado, dejó a un lado su Ramen, parecía que todo estaba confabulando en su contra, por lo menos esperaba que quien sea, que estaba afuera ahora, tuviera algún motivo importante. Abrió la puerta de golpe, enojado con todo mundo y bufando, tal vez el resto de la gente no tenia culpa de su mal humor, pero no podía controlarse.

Eres Tú Lo Único Que VeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora