La Cita

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Hinata todavia no podia creer que estuviera arreglandose para salir con aquel rubio que le robaba miles de suspiros. No logro conciliar el sueño en toda la noche, estaba tan ansiosa por que amaneciera, que no pudo cerrar sus ojos por lo inquieta que estaba. Ahora estaba frente al espejo, repasando su imagen, llevaba su cabello recogido en una coleta, dejando unos pequeños mechones a lado de su flequillo; opto por utilizar una blusa de manga corta, unos jeans de talle alto que lograban resaltar aún más su cintura y se coloco unos tennis. No sabia a donde irian, pero siendo Naruto, no podía esperar algo tranquilo. Tuvo que aplicarse un poco de base, pues tenia unas ojeras por no haber dormido nada y no queria que Naruto la viera así, era su primer salida juntos.

Por otro lado, Naruto estaba listo para salir en busca de la ojiperla, estaba nervioso y no entendia por qué, ellos eran amigos y no era la primera vez que se iban a ver; aunque esta vez era diferente, pues no irian en grupo como en otras ocasiones habia pasado, esta vez irian solo los dos "Como en una cita" pensó el rubio, pero alejo rapidamente ese pensamiento, tenia que dejar de pensar en tonterias, Hinata y él solo eran amigos, tambien se daban esos casos en los que un par de amigos salian juntos y no habia nada mas allá que una amistad, no había por que pensar otras cosas.

El rubio salió sonriente de su casa y tomo el camino para ir a la casa de la ojiperla, queria disfrutar de ese día en compañia de ella sin sus libros de por medio, nunca había pasado tiempo a solas con Hinata, a pesar de el tiempo de ser amigos, no  se habia tomado el tiempo de concerla mejor, saber mas acerca de sus gustos, la ojiperla había estado ahí para ayudarlo, siempre lo había hecho, ¿como es que él nunca habia hecho algo por ella?

Naruto llego a la casa Hyuga, toco la puerta, esperando ver algun par de esos peculiares ojos que poseían los de aquella familia; cuando la puerta se abrio, el rubio pudo ver una figura pequeña, con cabello color castaño y largo, con ese par de ojos perlados que esperaba ver; nunca había visto a aquella niña, pero su mirada le recordaba al padre de Hinata, esa niña le ponia los nervios de punta como lo hacia Neji, provocando que tragara fuertemente.

-Ho..Hola! ¿Se encuentra Hinata?- Naruto observo como aquella niña lo inspeccionaba de pies a cabeza, lo cual ocasiono que se pusiera más nervioso.

-¿Y tú quien eres?- Pregunto la castaña con el ceño fruncido y cruzando sus brazos.

-Yo...yo soy...Na...Naruto Uzumaki, mucho gusto.

Al recibir aquella respuesta la castaña cambio fugazmente su semblante, fue como si al decir su nombre, pasara de ser un completo desconocido a una persona que conocia de años. El rubio se desconcerto ante aquel cambio tan repentino, ahora la castaña le sonreia ampliamente y su actitud tan fría quedo aun lado.

-Así que tu eres Uzumaki, no esperaba menos, eres tal como me imagine, e incluso más apuesto.-La castaña respondio mas para sí misma, que para el chico; el rubio no sabia como reaccionar, ni siquiera entendia lo que le queria decir, es mas, si nunca se habian visto, ¿de que se trataba aquello que decia?- Mi hermana no pierde el tiempo como creía.- agrego la castaña un tanto divertida.

El rubio estaba demasiado incomodo, su cara comenzo a tornarse roja y escucho una pequeña risa de aquella niña.

-Hanabi! ¿Has visto mi bolsa?-Naruto reconocio aquella voz a pesar de no poder ver la, aunque por primera vez habia escuchado a Hinata hablar mas alto de lo que acostumbraba.- Hanabi, ¿que haces en la puerta?

Las castaña abrio completamente la puerta, para que su hermana pudiera ver al chico que estaba afuera, cuando Hinata logro ver al rubio, su mirada primero se posó en él, para despues mirar a su hermana que tenia una gran sonrisa en su cara, palidecio al instante, su hermana podía ser un tanto indiscreta, corrio hacia ella para tomarla del brazo y que entrara a su casa. El rubio solo se quedo desconcertado ante aquella escena, pero se quedo anonadado al ver que Hinata se veía tremendamente bien con su cabello recogido, le daba una imagen mas madura y atractiva, lo tenia que admitir, cada vez se sorprendia mas de la ojiperla.

Eres Tú Lo Único Que VeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora