Eres Tú Lo Único Que Veo

Ella...

La Hyuga llego a su casa y aun se sentia mareada, aquel beso saco a flote muchas emociones y sentimientos, que si bien ya existian, ahora los tenia mas presentes que nunca; renunciar a Naruto ya no era una opción, por muy tonto que sonorá, con ese beso el rubio le demostro que podian ser algo más que amigos, o al menos eso sintio ella. Tenia que hablar con alguien, sentia que podia explotar si no lo hacia; tomó su celular y le marco a la primer persona que se atreveso en su mente.

-Hinata! Que pasa? Ultimamente no habia tenido noticias de ti.

-Ino....-la ojiperla suspiro-necesito un consejo, es sobre...Na-Naruto.

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Cuando el rubio regreso a su casa, sus padres y abuelo lo esperaban para cenar, estaban algo desilucionados de que Hinata no se pudiera quedar con ellos, Kushina lleno de preguntas a su hijo acerca de la ojiperla y es que no podia ocultarlo, habia quedado fascinada con la Hyuga a pesar del poco tiempo que estuvo con ella. Despúes de una cena demasiado incomoda, aquella noche Naruto solo podia recordar aquel beso, la escena se repetia en su mente una y otra vez, era desconcertante, trato de cerrar sus ojos y dormir para olvidar todo lo que habia pasado y lo que habia sentido, pero incluso sus sueños lo traicionaban.

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Una semana mas de clases estaba por iniciar y nuevamente las evaluaciones se hacian presentes; una rubia se abria paso entre la multitud para llegar y encontrarse con su timida amiga ojiperla, aun no podia creer lo que le habia contado aquella noche por telefono y necesitaba tenerla de frente para poder hablar comodamente, era informacion valiosa que no podia ser atendida por telefono.

-Hinata! Cuentamelo todo!- la mencionada dio un pequeño salto en su lugar, pues no se habia percatado de que su amiga habia entrado al salon.

--I-Ino! De...de que hablas?!

-Vamos Hinata! De lo que paso con tu amado rubio.- La ojiperla enrojecio ante lo dicho por la rubia.

Ino tomo de la mano a Hinata para salir de aquel salon, tenia muchas cosas que preguntar, la ojiperla solo se dejo arrastrar, no ganaría nada si se oponía. Llegaron a un lugar lo suficientemente alejado de las multitudes, se acercaron a un lindo y frondoso cerezo, donde apareció una pelirosa de ojos jade que al verlas, corrió hacia ellas.

-No es justo que le contaras primero a esta Cerda! ¿Es que ya no confías en mi Hinata?

-Cállate Frentona! No creo que Hinata no quisiera decirte, simplemente fue el momento de la emoción, ya estas aquí, así que cállate y escucha.

-Lo...lo siento Sakura, no es que no quisiera contarte pero simplemente fue algo de momento.

-Esta bien, solo prométeme que la próxima vez recurrirás a mi también.- Aquella pelirosa le sonrió ampliamente y Hinata asintió, estaba demasiado avergonzada.

-Ahora, cuenta todo lo que sucedió sin omitir nada.- la rubia y la pelirosa miraban expectantes a su amiga ojiperla.

-Bien, todo esto es demasiado vergonzoso pero necesito que me den su opinion no se que hacer.

-Confía en nosotras, haremos todo lo que este en nuestras manos para ayudarte.

-Bien- la Hyuga suspiro y tomo aire, contaría cada detalle por muy avergonzada que se sintiera al decirlo en voz alta.

Ambas chicas se quedaron boquiabiertas una vez que la Hyuga termino su relato, pero la pelirosa estaba tan alterada que quería golpear a Naruto por su falta de tacto y comportarse como un idiota, pero la ojiperla le dijo que no debería hacerlo.