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-cariño, por favor, ya quita esa cara.
Yifan me tendía su mano para que la tomara pero solo me pase derecho ignorándolo. Odiaba la naturaleza, no es que tuviera algo contra ella pero solo no era mi mejor amiga.
-¿Por qué me trajiste aquí? Dijiste que iríamos a un hotel de tus padres a celebrar nuestro aniversario, no creo que tengan uno en media de la selva.
Yifan se rio demasiado fuerte, provocando que algunas aves chupasangre salieran de los escondites de los árboles.
-cariño – puedo ver la sonrisa burlona de Yifan de nuevo - esto no es una selva, es un bosque y si vamos a uno de sus hoteles.
-estás loco si crees que me voy a quedar aquí toda una semana, necesito comunicarme con el mundo exterior, las revistas de moda, salen cada semana y...
Yifan me interrumpe robándome un beso, de esos que te hacen olvidar hasta como respirar, ese chico cavernícola, ¿cómo demonios había terminado con un chico que no diferenciaba a Gucci de Versace? Pero aunque quisiera molestarme con él por eso, simplemente es imposible.
-Tao, por favor, préstame más atención. Demonios, no, su maldita cara de perrito regañado, yo había aceptado no trabajar una semana entera para estar a solas con él, pues mi trabajo me consume mucho y no he podido atenderlo como debería.
Porque claro, trabajo en una de las mejores revistas de moda del mundo y soy el responsable de la firma en china, no hay trabajo que se acomode a mí, pero a pesar de amar todo eso, extraño con locura a Yifan, me ha tenido demasiada paciencia, si la situación fuera al revés yo ya lo hubiera dejado, pero él no hace eso, cuando llego cansado o estresado masajea mis hombros, no importa que él también lo este, su compañía de videojuegos es demasiado exitosa pero siempre aleja el trabajo de casa. Lo amo.
-por dónde demonios queda el hotel.
Tome su mano y lo empecé a arrastrar sin saber por dónde era el camino, por él, todo vale la pena.
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No valía la pena, en medio camino tropecé con una raíz de un enorme árbol y me hizo caer en una zanja llena de lodo, mi ropa de diseñador quedo muy sucia y era diseñada a la medida, pague demasiado por ella.
-Tao ¿estás bien? – me preguntaba Yifan mientras me ayudaba a salir de la zanja.
-¿te parezco bien? – le pregunte frustrado.
-amor, es solo un poco de lodo, se quitara cuando se lave y además, tu decías que el lodo es bueno para la piel.
Lo decía mientras quitaba un poco de tierra de mi nariz.
-sí, el barro es bueno para la piel y es el que exportan desde Alemania, no sé qué propiedades tenga el de esta maldita zanja.
