Ness se encontraba en casa. Estaba estirado de cara a la pared sobre su cama, su mirada seria y algo molesta. Se había pasado las dos últimas horas buscando la manera de hablar con Lucas sin estar él en frente, y aunque hubiesen muchas opciones, ninguna le convencía.
Por un momento pensó en escribirle cartas, como las que le habían hecho a él miles de veces. Cartas llenas de sentimientos y amor solo para Lucas. Lo descartó inmediatamente. Posiblemente acabase pensando que era algún tipo de acosador y las tiraría.
Pensó en escribirle poemas, poemas románticos como los que cantaban los príncipes a los pies de las torres para las princesas. Lo descartó también. Lucas no era una princesa y podría sentirse ofendido, además él era más como una muñeca estática e intocable. Ness no era muy bueno en poesía de todas maneras.
Pensó en escribirle y componer una canción solo para Lucas, una canción con un ritmo de guitarra acompañado por un piano dulce y tranquilo. Sin embargo lo descartó nuevamente. Él no era muy bueno componiendo y estaba seguro de que no podría expresar su interés por el rubio ni con un millón de canciones.
Suspiró frustrado y molesto a la vez. Interés... ¿De verdad era esa la respuesta correcta? ... No, claro que no. Lo que sentía Ness hacia Lucas era algo mucho más grande e importante que simple interés, ¡Incluso más importante que una inocente amistad!
No se había dado cuenta hasta ese momento, pero se había enamorado perdidamente del muchacho de mirada fría, y anhelaba desesperadamente su tacto, su mirada, el dulce sentimiento de estar a su lado y sentir su calor.
Contó con los dedos de las manos las semanas que habían pasado desde que lo había conocido: dieciocho semanas en total, o sea cuatro meses y dos semanas, o sea ciento veintiséis días, o sea tres mil veinticuatro horas, o sea... Rió internamente por sus cálculos, un cosquilleo divertido le hizo retorcerse suavemente.
Se levantó de la cama, sentía un peso molesto sobre su cuerpo.
- Supongo que es el estrés... O el cansancio. Realmente no lo sé. - Pensó para si mismo.
Una brisa bastante fuerte de aire lo sobresaltó al abrir la ventana dejando pasar el frío del exterior. Su cuerpo se estremeció y con un fuerte temblor cayó al suelo. Las hojas en su escritorio salieron volando aterrizando con un golpe sordo en el suelo.
Ness se recompuso y rápidamente cerró la ventana. Suspiró intranquilo, aún sorprendido por los eventos de apenas unos segundos atrás. Se giró para recoger todos los papeles esparcidos por el suelo, y fue justo el que había caído sobre su cama, que llamó su atención.
No era un trabajo escolar, ni ningún tipo de texto, más bien era un dibujo: En el papel estaba dibujado la relajada figura de un muchacho de cabello rubio y ojos celestes apagados. Estaba sentado de lado, mostrando su triste mirada de perfil. La figura estaba sentada sobre un nido de espinas que rozaban y lastimaban su piel levemente mientras esta misma sostenía una de sus rodillas cerca de su pecho, abrazándose con algo de temor. Su cabello, levemente despeinado, era decorado por una pequeñas flores violetas, las cuales desprendían pétalos alrededor de la melancólica figura.
- Ah, sí. Dibujé esto hace unos días porque Lucas había llegado a la escuela con el pelo decorado de flores... Se veía hermoso, sin embargo... Esa mirada que mostraba era realmente triste. - Pensó Ness, acariciando la triste mirada en el dibujo.
Ness recordó la viva imagen de Lucas paseando por los pasillos con una mirada gélida congelada en esos preciosos zafiros. Lo recuerda muy bien, no solo por el repentino cambio de peinado, sino también porque tuvo que intervenir en una de las tantas peleas entre Lucas y un grupo de chicos de apenas unos meses mayores a él que solían acorralarlo y burlarse.
ESTÁS LEYENDO
Amor mudo
FanfictionNess es un chico popular, reconocido por la mayoría de sus compañeros en la escuela y admirado por sus altas calificaciones y carismática personalidad. Es un chico rodeado de gente que en el fondo se siente bastante solo ya que anhela la co...