Amor mudo

Capítulo 5

Ya era miércoles. Habían pasado dos días escolares y no había rastro de Lucas por ninguna parte. Ness se estremecía en su silla levemente, sus ojos luchando por mantenerse despiertos en clase de... ¿Matemáticas? Ya ni siquiera sabía dónde estaba, solo podía concentrarse en buscar a Lucas con los ojos, a pesar de saber que no lo encontraría.

Había dormido apenas unas seis horas diarias por culpa de las repentinas pesadillas, y después de despertarse a mitades de la madrugada, no podía volver a dormirse ni siquiera después de un té de menta frío. Su madre estaba algo preocupada, y aunque le repitiese que su principito solo estaba posiblemente enfermo, el de ojos púrpura negaba con una mirada algo perdida, como si intentase separarse del mundo real.

La campana lo sacó de sus pensamientos, despertándolo de manera brusca de su sueño entre lágrima y lágrima, porque sí, Ness estaba llorando sin darse cuenta, y era el centro de atención de toda la clase. Sus compañeras lo miraban con pena y sus amigos tenían miradas confusas plasmadas en sus rostros. Que humillante, el sentirse juzgado por un par de miradas.

"Ness, ¿Te encuentras bien?" Preguntó el profesor, acercándose poco a poco a su pupitre con una mirada cargada de preocupación.

"¿Eh...? Por supuesto, señor. No me haga caso, solo estoy algo cansado. No he podido dormir bien estos últimos días." Dijo sacudiendo su mano levemente con una sonrisa de plástico.

"¿Estás seguro?" Dijo poniendo una mano sobre la frente de su alumno, el cual la apartó con delicadeza. "Llamaré a tu madre, estás muy pálido." Y aunque Ness quiso decirle que no, que no quería que su madre se preocupase por él más de lo que ya estaba, no abrió la boca y solo dejó caer esa sonrisa, mostrando un rostro inusual en alguien como él.

Cuando el profesor le hizo una señal para seguirlo, abandonó la clase escuchando de fondo las amenazas de su profesor para que sus compañeros se quedasen callados. Caminó por el pasillo hacia el estudio de la secretaria escolar, poniendo una mueca de molestia al escuchar la molesta voz del profesor a sus espaldas.

"Disculpe, señor, ¿Puedo hacerle una pregunta?" Preguntó con un semblante ya cansado.

"Por supuesto, ¿Qué necesitas?" Respondió su superior, acomodando sus gafas de montura redonda color vainilla.

"¿Sabe qué le ha pasado al alumno Lucas? Es de mi misma clase y lleva faltando lo que llevamos de semana incluyendo el viernes pasado. Es un buen amigo mío y no he recibido noticias de él en estos días, estoy muy preocupado. ¿Me podría decir si le ha pasado algo?" Dijo parándose en seco.

"..." El profesor paró solo unos pasos después, mirando algo sorprendido a su alumno estrella. "¿Lucas? ¿El joven silencioso de la última fila? Yo no se nada de él, solo se me ha informado de que faltará por un tiempo indefinido, pero no se me ha dado detalles exactos del por qué. Pero si tanto quieres saber sobre el joven Lucas, deberías preguntarle al profesor William, o sea vuestro profesor de latín. Él se ausentó también a cualquier clase del viernes por un problema con un alumno. Aunque, lo siento Ness, me temo que no podrás verlo esta semana, su hija está enferma y él se ausentará, así que tendrás que esperar a la siguiente para recibir más información, bueno, si es que el señor William desea dártela." Eso fue suficiente para Ness, aclarando cualquier duda en su cabeza.

- Lucas no está enfermo... ¡Maldición! - Pensó con un rostro enojado, alertando un poco al adulto frente él, el cual le dio un par de palmadas en la espalda y le hizo caminar lo que quedaba de trayecto.

-(...)-

Ness esperó a la hora del recreo para atar las flores a la segunda pata del pupitre de Lucas, escondiendo la carta debajo del mueble. Eran unos hibiscos rojizos que desprendían un dulce aroma el cual estaba pensado para sacarle una sonrisa a su girasol, pero ahora que no estaba, el aroma era como veneno para su olfato.