Alone | 𝗥𝗶𝗰𝗸 (EN EDICIÓN)

6. "Imán"

A la mañana siguiente, Rick y Anabelle ya se encontraban volviendo a casa, sin embargo el clima parecía que iba en su contra, estaba siendo cada vez más fresco. Pero el saber que volverían a casa los alentaba.

Rick miró a la chica, y notó que temblaba de frío, lo que le llamó la atención ya que el clima no estaba tan mal, o al menos para él.

—¿Tienes frío? Puedo darte mi abrigo si quieres —preguntó deteniendo sus pasos.

—¡No! Es decir, no gracias. Igual creo que guardé... —se fijó en el bolso para ver si había guardado alguna chaqueta pero no, solo camisetas y pantalones—... oh, juro haber tomando una.

—Entonces usa la mía —insistió Grimes.

—Que no, además seguro estamos cerca.

Aún así Rick hizo caso omiso y se quitó el abrigo para luego dejarlo sobre los hombros de la azabache.

—G-Gracias. —No iba a seguir negandose, tenía que aceptar que él estaba siendo amable con ella.

Siguieron caminando un rato largo hablando de cosas insignificantes hasta que de repente el motor de un auto se escucha a lo lejos.
Rápidamente Rick tiró del brazo de Anabelle y se escondieron entre unos arbustos.

Ven que el auto frena y de él se baja unas personas, inmediatamente ambos los reconocen.

—¡Daryl! —exclamó ella sin poder aguantarse.

El susodicho se da vuelta bruscamente pero al ver que es ella abre sus brazos para atraparla.

—Diablos hombre, ¿dónde se habían metido? —preguntó Glenn dándole un abrazo a Rick.

—Nos perdimos. Larga historia.

—Anabelle, nos preocupamos muchísimo. No vuelvas a salir así nunca más —le regañó Daryl.

—Lo prometo.

[...]

Al llegar unos cuantos abrazos los recibieron, o más bien al líder grupo. Anabelle observaba como Rick abrazaba a sus hijos y esa escena le causó ternura y algo de nostalgia.

Sin embargo, para su sorpresa, Maggie se acercó y fue directo a abrazarla cosa que le sorprendió.

—Anabelle también nos preocupaste mucho, nunca más vuelvas a salir así como así.

—No te preocupes, no lo volveré hacer —sonrió algo conmovida por el afecto.

Todos sonrieron más aliviados al saber que los dos estaban bien, no querían perder a nadie más y menos a ellos. Y si bien Anabelle a penas la conocían sabían que era muy importante para Daryl por lo que ya era una más.

—¿Dónde estuvieron? —preguntó Carol.

—Nos quedamos en un refugio y después nos encontramos con una mansión —contó Rick.

—¿Una mansión? —preguntó Daryl.

—Sí, encontramos bastante ropa y algunas armas —Anabelle vació el bolso encima de la mesa en donde comían—. Pueden probar si quieren.

Todos se acercaron a ver la muda de ropa que trajeron. Aunque realmente no fuera del todo útil se necesitaban en estos días en que las noches empezaban hacer más frías.

Mientras los demás conversaban y revisaban la ropa, Anabelle fue directo al baño a tomar una ducha rápida que sentía que necesitaba.

Al terminar, se sintió mucho más aliviada. Se colocó una toalla al rededor del cuerpo y salió a cambiarse a la habitación donde dormían Judith y Carl.