memories

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Iba a ganar.
El maldito iba a ganar de nuevo y no había nada que pudiéramos hacer para impedirlo.
Me miró desafiante con una sonrisa en su cara mientras yo revisaba por enésima vez mis cartas, como si por arte de magia pudieran aparecer las que necesitaba en ese momento.
Sentía además las miradas de todos, expectantes, esperando para que tire algo en contra del maldito y que no triunfara de nuevo. Pero era imposible.
Así que rodé los ojos y tiré mi carta, dando lugar a su grito de victoria y la decepción de los demás.

-En sus caras, idiotas. Soy el mejor y deben admitirlo todos. -dijo mientras reía exageradamente, tratando de imitar a los villanos de las películas.

-No vale, siempre le tocan los más cuatro, así cualquiera.-
Que raro Lucho diciendo eso, odiaba perder.

Nos reímos al ver su cara, era muy cómica.

-Dale, no jodas. Es un juego nomás.- le respondí con una sonrisa en la cara.

-Dili, ni jidis. Is in jiigi nimis- dijo con una vocecita idiota, como imitándome.
Lo miré con cara de ofendida pero no duró mucho porque era muy gracioso

-Todos sabemos que Pigna siempre gana porque se come las cartas malas.-
Todos, incluso Pigna, nos empezamos a reír sin parar. Y la risa de Nicolás, siempre tan notoria, no faltó.

-Sos un hijo de puta- dijo Eliana mientras continuaba riéndose.

¿Y por qué te reís entonces?- le respondió Mauro.

-Uuuuuuuuuuh- empezamos a decir todos como si fuéramos una clase de monos...pero con un retraso mental.

-Uuuh, las pelotas. No empiecen a joder y sigamos jugando que esta mierda no terminó.

Nos miramos todos aguantándonos la risa, Eliana enojada era lo mejor.

Nos miró con una cara de orto tremenda pero sabíamos que también estaba aguantando la risa, no dábamos más de boludos.

-¿Quién es el pelotudo que sigue?- dijo tratando de hacerse la enojada y seria, aunque no duró mucho.

-Vos, Eliana- fue Gastón el que lo dijo y otra vez rompimos en carcajadas.
Para colmo, el pobre de Makkos estaba comiendo una galletita, (como siempre) se atragantó y literal que escupió todo.

-La puta que te parió Makkos, sos un asco- dijo Mauro mientras se limpiaba lo que escupió. Aunque continuaba riéndose.

-Paren todo boludo, que Camila se nos muere.- Y si, Lucho tenía razón, me estaba muriendo de la risa. Pero es que una vez que me tiento, no puedo parar.
Aparte imagínense una bola, roja y achinada, teniendo una convulsión. ¿Listo? Bueno, así estaba.

Cuando ya había recuperado todo el oxígeno que me faltaba y me había recompuesto para poder, finalmente, responderles todo comenzó a distorsionarse.
Sus caras comenzaron a hacerse borrosas y las paredes se derretían, todo se estaba como borrando y yo no podía hacer nada para detenerlo.
Parpadee varias veces para poder aclararlo todo y volver a jugar una partida del uno, pero fue imposible.
Lo único que pude ver al abrir los ojos, luego de acostumbrarme a la luz, fue la mirada expectante de mi mamá.

-Si no te levantas ya, llegas tarde al colegio. Apurate, dale- me dijo mientras me daba la ropa del colegio.

Me quedé tildada por unos segundos tratando de recapacitar en lo que había soñado. Se había sentido tan real que hasta parecía un recuerdo recién vivido. Con el pelotudo de Nicolás, Gastón y...Mauro. Ahí fue cuando la realidad me pegó como un baldazo de agua fría. De verdad, deseaba tanto que eso fuera real, que dolía.
Pero no lo era y por más que me costaba, tenía que seguir adelante.

Respiré hondo y me acordé de la risa de todos y cada uno de los chicos, los buenos momentos, sus boludeces, nuestras risas hasta llorar, los juegos del uno, la risa de ambulancia de Nicolás, Pigna tentado, la risa de Gastón, Makkos sacando galletitas de su bolsillo como si fuera un mago, de la cara de Eliana al ver comida, Lucho colorado y enojado, la sonrisa de Mauro...y solté la respiración.

Y la verdad que si, soy afortunada al conocer a estos pelotudos.

29/05/2017
3:11 Am

save me from myselfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora