III. Nuevo trabajo, nuevos vecinos

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Mi respiración era pesada. Sentía como las finas gotas de sudor descendían de mis sienes, siguiendo el recorrido que mi mandíbula creaba hasta detenerse en mi mentón y poco a poco a medida que pasaban los segundos las gotas se acumulaban en la punta de este hasta que por la gravedad caían al suelo. Sentía como mi camisa, al igual que algunos mechones de mi pelo se pegaban a mi piel por aquella sutil capa de sudor que la recubría.

Un latente dolor en mi pómulo izquierdo, junto a uno de mis costados y mis puños, los cuales por la fuerza ejercida al apretarlos mostraban unos nudillos blancos en los que seguramente al día siguiente tendría unos horribles cardenales, al igual que en los lugares antes nombrados.

Por suerte no iba a ser el único con horribles moretones repartidos por el cuerpo. Puesto que el mastodonte de metro ochenta y seis que estaba frente a mí era el que me había asestado aquellos golpes que dolían como mil demonios contra mi ser. Pero como he dicho antes, no iba a ser el único con marcas de guerra, puesto que en su mandíbula, estómago y en una de sus piernas se quedarían plasmados unos horribles tatuajes para nada agradables y tan dolorosos como los míos.

¿Cómo había llegado a esto? Fácil, con seis simples preguntas que responderé yo mismo lo podré explicar... Creo.

«1. ¿Quién era la persona frente a mí?»

La persona con menor coeficiente intelectual que he conocido. Un neandertal que imponía sus reglas a base de puños. Una pantera que acababa con todas sus presas sin inmutarse -o eso oír decir a algunos compañeros nada más llegar-, el gran rey de Las Noches, alguien al que no le podías pasar por encima ni en broma -o eso creía él-, realmente tenía muchos apodos. Pero su nombre era solo uno... Grimmjow Jaegerjaquez. La persona más idiota que he conocido en mi maldita vida.

«2. ¿Desde cuándo lo conocía para despreciarle tanto?»

Siendo sincero, desde hace quince minutos. Y ya puedo decir que le odio con toda mi maldita alma. Su personalidad es jodidamente asquerosa y odiosa, no le soporto.

«3. ¿Cómo habíamos llegado a esto?»

El muy imbécil nada más entrar ya venía gritando gilipolleces, amenazando y ordenando a todo el mundo como si todos tuviesen que hacerle caso.
Al verle, lo único, LO ÚNICO, que hice, fue pasar por su lado sin prestarle verdadera atención. Antes de poder avanzar mucho más, me tomó del brazo, me amenazó como al resto y como me no he dejado que me toree como al resto del grupo de compañeros, simplemente se ha puesto a gritar ante la rabia. Así es como hemos llegado a los golpes.

«4. ¿Dónde había sucedido aquella pelea?»

En medio de la oficina, donde todos se encontraban mirándonos y apostando para ver quien perdía.

«5. ¿Cómo se había detenido la pelea?»

Gracias a la intervención de una chica de cabello verde aqua llamada Nelliel Tu Odelschwanck (la misma que había conocido casualmente aquella misma mañana) la cual había golpeado a Grimmjow con una fuerza sobrenatural que hasta pensé que le clavaría la cara en el suelo -y bien merecido que lo tendría-.

«6. ¿Cuánto tiempo llevaba trabajando en Las Noches para meterme en semejante lío?»

Una semana... ¡una maldita semana! ¿A caso los problemas me seguían a todos lados?
¡No tengo un jodido descanso! Porque no, no solo no tenía a unos molestos, ruidosos y nuevos vecinos, sino que también debía adaptarme a mi nuevo trabajo, compañeros distintos y a un gilipollas sin cerebro para rematar... ¿¡en qué demonios estaba pensando para aceptar!?

Ni yo ahora lo sé, pero lo que sí sé, es que esta no había sido mi mejor semana.

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Matched With an Idiot «GrimmIchi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora